Sauvignon blanc
La sauvignon blanc es una uva intrépida, sin miedo a viajar y emprender nuevas aventuras. Así, en la actualidad se encuentra en prácticamente cualquier buen país productor de vino, desde Francia a Nueva Zelanda, pasando por España, Italia, Chile o Australia. Su carácter es siempre reconocible, pero las distintas latitudes y suelos le confieren magníficos matices que merece la pena descubrir; ortigas, melocotones, uva espina, pomelos... todos estos aromas y muchos otros se esconden dentro de cada botella de sauvignon blanc.
Stallmann-Hiestand Sauvignon Blanc Trocken 2021
Château Smith Haut Lafitte Blanc 2020
Sauvignon blanc
La sauvignon blanc es una uva intrépida, sin miedo a viajar y emprender nuevas aventuras. Así, en la actualidad se encuentra en prácticamente cualquier buen país productor de vino, desde Francia a Nueva Zelanda, pasando por España, Italia, Chile o Australia. Su carácter es siempre reconocible, pero las distintas latitudes y suelos le confieren magníficos matices que merece la pena descubrir; ortigas, melocotones, uva espina, pomelos... todos estos aromas y muchos otros se esconden dentro de cada botella de sauvignon blanc.
Se trata de una variedad que brota tarde y madura pronto, es decir de ciclo corto. Le gusta el sol, pero con moderación, pues un exceso de temperatura puede destruir su sugestiva aromática. Las maduraciones lentas favorecen la concentración de aromas por lo que se siente feliz en climas frescos o a cierta altitud. Cuando éstas no son las condiciones, muchos vendimiadores tienden a recolectarla algo antes del punto óptimo de maduración para asegurar su frescor, sacrificando parte de su aromática. Por el contrario, una vendimia tardía desvirtuaría la esencia del sauvignon convirtiendo los vinos en grasos y aplatanados.
Sus orígenes parecen localizados en el Valle del Loira y en el suroeste francés, pero no fue hasta su irrupción en las tierras de Marlborough en Nueva Zelanda, por allá 1973, cuando el varietal empezó a ser verdaderamente popular a nivel internacional.
En el Loira, los mejores blancos de sauvignon blanc son vinos de cuerpo medio y mucho vigor, con la mineralidad como característica distintiva. En Burdeos, se elabora como varietal, aunque es particularmente interesante cuando se combina con la sémillon en el corte clásico de los vinos blancos de Péssac-Leognan y en los dulces como el Sauternes. Los de Nueva Zelanda son, sin duda, los más aromáticos, tensos y vibrantes, con sorprendentes sabores de grosellas y frutas exóticas, hasta el punto de que regiones como Marlborough se consideran ya indisociables de la historia del sauvignon blanc.
En Italia la sauvignon blanc ofrece muy buenos vinos en las regiones del nordeste del país. Tersos y fluidos en el Alto Adigio y en Trentino, más redondos y complejos en el Véneto y, siempre dentro de un perfil fresco típicamente vegetal, con una personalidad más precisa en el Friul. En la zona de Isonzo, en las llanuras protegidas por las colinas donde los suelos de gravas recuerdan a la región bordelesa, los vinos de sauvignon blanc se caracterizan por una mineralidad de gran calidad, con notas de pedernal y yeso que recuerdan a los mejores ejemplos del norte de Europa. Entre las regiones de Collio y Colli Orientali del Friuli, a mayor altura, donde los suelos de ponka y flysch confieren a todos los blancos una mineralidad natural, los blancos de sauvignon pueden incluso envejecer bien en madera, obteniendo una poliédrica concentración de aromas y aumentando su potencial de guarda. Muy interesantes son también los vinos elaborados con uva procedente de los viñedos de mayor altitud de las Langhe, en el Piamonte, blancos con una tersa mineralidad y una paleta aromática en absoluto trivial ni demasiado abrumadora.
En España se encuentra instalada en diversos viñedos, aunque su mejor adaptación parece haberse dado en Rueda, denominación en la que produce ya algunos blancos destacables que parecen ir tomando carácter propio, en algún punto entre la elegancia francesa y la exuberancia neozelandesa.