¿Qué les suscita el significante "Txakoli"? ¿Vino… turbio, de cocina, de chiringuito de playa turística o vino de sidrería?
El Txakoli raras veces ha sido objeto de una fuerte demanda, como ocurre con otros vinos blancos como los de Rueda o Rias Baixas. ¿Quizás porque no hemos sabido encontrar buenos Txakolis que sorprendan a nuestros conservadores paladares, y/o porque no nos hemos atrevido a sondear nuevos parajes vinícolas por miedo a lo desconocido?
Si me permiten el atrevimiento, les puedo garantizar que sí existen Txacolis de estilos muy definidos y diferenciados, que los distancian de la no siempre merecida fama de "pincho y sidrería".
Nos hemos propuesto el reto de sorprenderles mostrándoles la existencia de excelentes Txacolis elaborados con la variedad Hondarribi Zuri, a la vez que les proponemos la interesante comparación de este varietal con las uvas albariño y riesling.
Existen tres zonas productoras de Txakoli: Álava, Guetaria y Vizcaya. Tras haber probado múltiples Txakolis de cada zona, observamos que Guetaria y Vizcaya, al ser pueblos costeros, ofrecían una frescura atlántica más pronunciada que Álava, con vinos de tacto más blando; y que el Txacoli de Vizcaya presentaba una madurez más reposada y propia de un vino tranquilo.
Finalmente seleccionamos Itsamendi 2008, un excelente Txakoli que presenta, además, las características de la variedad albariño: aromas de flor blanca (jazmín, manzanilla) y fruta blanca cítrica. La primera vez que catamos a ciegas Itsasmendi 2008, nuestro juicio nos impulsó a confundirlo con un albariño del Condado de Tea. Según la temperatura de consumo, surgen en él notas evidentes de fruta tropical que nos recuerdan también a ciertos vinos de Rueda. Una boca fina, con una espléndida e integrada acidez cítrica y golosa, definen a la perfección la quinta esencia de Vizcaya, evocando, tras tragar, sensaciones de primavera y notas anisadas.
Por todo ello concluimos que Itsasmendi es un vino de restaurante vasco con estrella Michelin.