Valtravieso Crianza

¿Un vino femenino en Ribera del Duero? Júzguenlo ustedes mismos. El mundo del vino es sorprendente y cuanto más crees que lo conoces más te sorprende. Ribera del Duero nos tiene acostumbrados en general —y hasta hace poco, porque las tendencias están cambiando— a vinos excesivamente amaderados en muchos casos, vinos en los que los aromas de la crianza tienden demasiado a dominar el conjunto. He aquí todo lo contrario, en un vino con dos singularidades y un gran secreto: criado en barricas usadas, de 3 y 4 años, todas ellas de roble francés, en Valtravieso Crianza encontramos además un 10% de uvas dichas foráneas (5% de cabernet sauvignon y 5% de merlot). No obstante, su mejor secreto: la altura; cuando la altitud media de los viñedos de Ribera del Duero se sitúa entre los 750 y los 850 metros, los de Valtravieso se encuentran a 920. Un tesoro que tratan con mimo y, con todo derecho, con orgullo.

El vino, es modesto, en el sentido de que no es pretencioso, no es sencillo; es noble y no satura. Con gran elegancia, empieza tímido y poco a poco acaba seduciendo hasta que no dejamos una gota ni en la copa ni en la botella. Amable, accesible, dulce, fresco... En Valtravieso Crianza encontrarán fruta fresca y aromas de monte, fruta predominantemente roja (grosellas, fresas silvestres, cerezas, fruta crujiente y un poco de mermelada de moras) y aromas de romero, de brisa perfumada, de violetas... y también de humus, un fondo de clavo y de pan tostado. En boca se deshace, con un cuerpo medio y los taninos muy pulidos. A juzgar por sus aromas ahora y la mezcla de varietales, sólo nos queda el deseo de catarlo con un par de años más de botella para disfrutar de sus terciarios, que seguro que enamorarán. Valtravieso busca hacer vinos con la estructura de Ribera del Duero pero la finura de Rioja, vinos más fáciles de beber y a nuestro parecer han bordado el objetivo. Han conseguido un ribera que se hace querer.