Familia Valdelana Reserva

95% de uvas tempranillo con un 5% de buen graciano que le da esa gracia que debe tener todo buen reserva. Viñas de más de 60 años plantadas en suelos arcillo-calcáreos y una vinificación que bebe de la tradición, de la dilatada experiencia del abuelo Isidoro, un viticultor fiel a su tierra. La uva de la vendimia fermentó durante 9 días y maceró con los hollejos durante 12 días más para obtener de ellos todo el aroma y la estructura que permiten al vino mirar al futuro con confianza. Después, los 24 meses de reposo en barrica de roble francés y americano redondean el vino y lo visten de aromas terciarios.

El Familia Valdelana Reserva es un vino que destaca muy especialmente por su amabilidad. Ya al primer vistazo, uno se da cuenta de que tras su color cereza con bordes rubí y de su delicada transparencia no puede surgir otra cosa que un vino redondo y muy fácil de beber. En nariz se sienten los aromas de matorral, finas especias como el clavo o la pimienta (también algo de vainilla) y una sutil nota torrefacta que gana algo más de protagonismo cuando nos ponemos el vino en la boca. Las mejillas agradecen unos taninos fundidos y una acidez prudente que armoniza el conjunto del vino. Asoman aromas lácticos, hojas de tabaco y algún fino toque licoroso, al tiempo que sugerentes apuntes amargos invitan a seguir bebiendo. La fruta (ciruelas negras) sigue muy viva y abraza la madera con naturalidad, como lo hacen los grandes, hasta el punto de que resulta complicado certificar donde acaba una y empieza la otra.

Para gozarlo en plenitud, deberíamos tomarlo cerca de los 16ºC y en compañía de guisos, carnes rojas o quesos curados.