Tionio Crianza

Las uvas de tinta fina cultivadas según principios ecológicos de este Tionio proceden de Peñafiel, Pedrosa de Duero y Olmedillo de Roa. A unos 800 metros de altitud, sobre suelos arcilloso-calcáreos, las cepas plantadas en 1994 regalan anualmente una fruta de extraordinaria calidad que se vendimia manualmente en pequeñas cajas de 15 kg.

De la fermentación y posterior crianza se obtiene un vino sobrio y elegante, casi discreto, de color picota amoratado y lágrimas tintadas. Su nariz floral avanza una fruta tierna y amable (moras y ciruelas negras) recubierta de aromas terrosos. La boca del Tionio es de gran amabilidad, con todo en su lugar y en la medida exacta. Su gran virtud es el equilibrio, la complejidad sin alardes excesivos. Un nítido recuerdo de frambuesas aparece tras unos minutos en la copa, levantando un centro maduro con una magnífica pizca de acidez vibrante. Aparecen también finos recuerdos de hojarasca y de flores azules, combinadas con un frescor balsámico y alguna fina nota torrefacta derivada de su crianza en roble. Es fresco y sabroso en su entrada, de taninos abundantes y maduros al paso y final muy seco. Acompañará de maravilla carnes ricas en proteína y con cierta grasa gracias a su acidez justa y a su madera perfectamente ensamblada.

Premiado tanto nacional como internacionalmente de manera regular, no hace falta más que un sorbo para entender el porqué de su enorme popularidad.