Tardieu-Laurent Crozes-Hermitage V. V.

Elaborado a partir de cepas de más de 60 años, cultivadas sobre suelos arcillo-graníticos.

Resumen realizado a partir de la valoración de Michel Tardieu sobre la añada 2014

2014 ha sido una añada exigente que ha requerido una presencia constante en la viña, un trabajo cuidadoso, experiencia, sabiduría e intuición. Ha sido una cosecha en la que el viticultor ha sido esencial y en la que sólo quienes han invertido esfuerzo en el viñedo se han visto recompensados. Dicho de otro modo, una añada de vignerons.

Un invierno de temperaturas suaves (de hecho, las más suaves de la década) y lluvias muy elevadas (también las más elevadas en mucho tiempo) dieron paso a una primavera con pocas precipitaciones que auguraba una cosecha temprana y muy satisfactoria en términos de calidad y cantidad. Sin embargo, la llegada de un verano atípico, con temperaturas frescas y abundantes lluvias, puso a prueba la capacidad de los viticultores, sobre todo en la gestión de enfermedades.

En la parte septentrional, menos afectada por este verano poco común gracias al viento del norte, las uvas alcanzaron una excelente madurez que se traduce hoy en unos vinos blancos cuyo equilibrio nos recuerda al de los blancos de Borgoña; los tintos han resultado especialmente característicos, con mucho color y sedosos, para disfrutar desde su juventud.

En la parte meridional, aunque la madurez fenólica alcanzada no fue homogénea en todo el territorio, los tintos son vinos muy afrutados, elegantes y finos, tal vez menos embriagadores que de costumbre pero con una seductora frescura. Los vinos blancos, como en la añada precedente, siguen siendo de muy alto nivel.