¿Cuántos vinos canarios han tenido oportunidad de probar? Siempre sorprenden por su marcada personalidad, ¿verdad?, por esa mineralidad volcánica, las notas ahumadas... La Solana atraerá su atención, además, por su personalidad cambiante, ya verán. Elaborado exclusivamente con listán negro, variedad autóctona de las islas Canarias, especialmente de Tenerife con su emblemático Teide, es un vino ciertamente ahumado. Sin embargo, el carácter volcánico parece que va y viene, no deja de sorprendernos y nos mantiene siempre atentos.
En color, es poco atípico: un rojo picota atractivo, con ribete carmín, lágrima densa y media capa, y en nariz es también "canario", como describíamos, pero hay algo en su expresión frutal, unas notas de humus, las que percibimos al pasear por el bosque en otoño tras unos días de lluvia, que nos recuerda a algunos pinot noir de la Borgoña. Acompañan esos aromas de sotobosque unas notas más secas de polvo y tabaco, y dulces, de regaliz y gominolas. Con tiempo en copa empieza a resaltar el carácter frutal, de fruta roja y negra mezcladas, que dominará por completo en el paladar.
Si en nariz domina lo ahumado y es generoso en sensaciones invitándonos a oler y oler, en boca es especialmente intensa su frutosidad. Tiene una entrada amable y jugosa, es de cuerpo medio y se deja beber con facilidad. De nuevo, en el postgusto, reaparecen las notas ahumadas y de piel de animal dejando un final cálido.
Interesante, desconcertante, cautivador. De aquellos vinos que acompañan bien el frío del invierno y la cocina de otoño especialmente. La calidez de las islas Canarias en un vino refrescante y jugoso.
(La Solana se elabora con uvas de listán negro procedentes de un viñedo de 2,5 hectáreas con exposición noreste y situado a una altitud de entre 400 y 520 metros sobre el nivel del mar. Las cepas tienen edades comprendidas entre los 80 y los 110 años y están cultivadas en el singular sistema de cordón múltiple. El suelo se halla conformado por una capa pobre, asentada sobre roca volcánica. El mosto realiza la fermentación alcohólica en barricas nuevas de roble francés de 500 litros de capacidad, en las mismas barricas completa la fermentación maloláctica y realiza una crianza durante un período que varía en función de la añada, alrededor de unos 10-12 meses.)