Situada en las cercanías de la pintoresca localidad medieval de Luogosanto, Siddùra podría describirse como el corazón de la Gallura. Aquí la noble cultura del vino es tan antigua como la historia de las gentes que han poblado esta tierra a lo largo de los siglos. Y es en este rincón de Cerdeña donde tiene lugar la renovación de la tradición. Siddùra nace como resultado de una profunda búsqueda por la calidad, la perfección y la armonía. Su objetivo es producir vinos que sean expresión de la Cerdeña más pura.
Los suelos de las viñas de Siddùra son una mezcla de granito, arena y arcilla. Suelos sueltos, a menudo áridos, ideales para la viticultura. En estas condiciones, la viña, una planta acostumbrada a sufrir para conseguir sus nutrientes, logra ofrecer los mejores productos. Un buen contraste de temperaturas, un clima ventilado y la excelente exposición que le ofrecen las suaves laderas completan el trabajo, conservando y potenciando las características organolépticas de la fruta.
Las particulares condiciones climáticas de los viñedos, unidos a unos suelos de indiscutible vocación vitivinícola, son el secreto de la calidad de los vinos de Siddùra. Las distintas técnicas de cultivo (royat, guyot y en vaso), junto con el cuidado y el amor que dedican en todas las tareas en el viñedo, les permiten perfeccionar la calidad de los clones y dar vida a productos de un gran equilibrio, armonía y elegancia.
La bodega, situada en el centro de la propiedad, está construida bajo tierra con el fin de aprovechar el aislamiento natural del suelo. Aquí se desarrolla todo el proceso productivo, desde la entrada de la uva hasta el embotellado, favoreciendo la fermentación espontánea y utilizando una amplísima diversidad de recipientes, desde los depósitos de cemento a las barricas.
El estilo de Siddùra, dedicado a la innovación y a la búsqueda de tipicidad, se traduce en unos vinos bien hechos e intrigantes, que han sabido trabajar sobre todo sobre la pulcritud y la autenticidad de la vermentino de Gallura. Los vermentinos de Siddùra se encuentran entre los más conocidos y premiados del mundo, confirmando así que la apuesta de la bodega por ella fue plenamente acertada.
Cuentan con tres vermentinos. Bèru es el superior y el que mejor representa la versatilidad de la variedad y su vocación para la crianza. Es un vermentino complejo y corpulento, vinificado en pequeñas barricas de roble francés y criado sobre lías durante ocho meses. De gama media es el Maìa, que significa 'magia' en sardo y que es probablemente el vermentino más clásico de Siddùra. Toca solo acero, con una breve estancia sobre lías, un blanco fresco, sabroso y armónico
Simple aunque solo en apariencia es el Spèra —'rayo de luz' en la variedad del sardo que se habla en Gallura— es el vermentino más inmediato y un vino inconfundible. La vendimia se realiza manualmente y luego, en bodega, un prensado suave contribuye a conservar todas las características de fragancia y frescor de las uvas. La vinificación y la breve crianza sobre lías tienen lugar en acero, durante unos tres meses.
De color amarillo con los característicos reflejos verdoso, el Spèra tiene un ataque aromático inmediato e intenso, muy fino y fragante. Destacan unas delicadas notas de fruta cítrica, melocotón blanco, grosella, lima, rosa y matorral mediterráneo. En copa desprende también aromas muy seductores de roca y piedra fracturada, con una evidente carga mineral. En boca, a pesar de su aparente sencillez, es sabroso, fresco y con buen cuerpo, con una envolvente y agradable suavidad. Un blanco fresco y perfumado, moderadamente alcohólico, que se aprecia mejor servido como aperitivo, pero también es ideal para acompañar delicados platos de marisco.