Ritual Pinot Noir

Los viñedos trabajados bajo firmes principios ecológicos a los pies de la Cordillera de la Costa, en Casablanca, son los responsables de los magníficos frutos con los que se elabora este Ritual Pinot Noir. Allí, los aromas del bosque que circundan los viñedos impregnan las hojas de las plantas, mientras que las brisas y las nieblas matutinas aseguran la perfecta hidratación de las mismas. Los suelos predominantes son de granito descompuesto, fantásticos para la nitidez de los varietales, y la cubierta vegetal entre hileras asegura la biodiversidad que tanto agradecen las cepas para su equilibrio natural. La bodega elabora su propio compost con los restos de poda y cuenta con la inestimable ayuda de los rebaños de ovejas que mantienen la hierba corta y fertilizan los suelos.

Ya en bodega, un 30% de los racimos se incorporan enteros a la fermentación conducida por levaduras silvestres. Después, el vino madurará en barricas de roble francés de 400 litros de las que tan sólo un 15% son nuevas, con el claro fin de no estropear la transparencia frutal obtenida en el viñedo.

El tiempo convierte al Ritual en un vino de madurez mediterránea, pero sin los excesos de volumen y dulzor que en ocasiones acompañan a los vinos del Nuevo Mundo. Se reconoce en él su origen, pero también la variedad que, en este caso, luce vestido de especias y finos toques vegetales. En boca es jugoso, casi goloso, pero no cansa, gracias al buen contrapunto que la acidez y el amargor ponen a un cuerpo de cierta estructura. La fruta roja madura es la gran protagonista y luce con especial intensidad si sirven el vino en una copa de base ancha y boca estrecha.