Rebisaca

Rebisaca es otra de las maravillas de la interminable lista de vinos tocados por la varita mágica de Gerardo Méndez. Un coupage de las 3 clásicas variedades blancas de las Rías Baixas: albariño, treixadura y loureira. La albariño, predominante en el corte, procede de Salnés, concretamente de una finca en la que antaño abundaban las ginetas, llamadas en gallego "rebisacas". Las otras dos uvas tienen su origen en el Condado de Tea, una subzona que recibe la influencia del río en lugar de la marítima que caracteriza a Salnés. La treixadura aporta algo más de estructura, mientras que la loureira añade complejidad aromática. La amalgama de sabores y aromas que nos otorga la mezcla de tan distinguidas uvas, dan forma a este vino de gran complejidad.

Las cepas cuentan con entre 10 y 50 años de edad y se cultivan emparradas en suelos arenosos, con cantos rodados y arcilla sobre una roca madre granítica. Una vez la uva vendimiada y seleccionada, se despalilla y se deja macerar en frío, para después ser prensada y fermentar con pie de cuba seleccionado. Durante su estancia en el depósito de acero inoxidable, se trabajan las lías finas para aportarle cremosidad.

De resultas de todo este trabajo se obtiene un vino de color amarillo dorado, pálido y brillante. Su aroma es de gran mineralidad (piedras de río y humo) y su perfume recuerda al de las flores blancas. Su abundante fruta se debate entre la manzana y el melocotón maduro, con algún delicado apunte tropical. En boca, no esconde su fuerte carácter, pero sabe resultar fresco y fino, ágil y amplio casi a la par. Tras cada sorbo sorprende una marcada intensidad balsámica que recuerda al eucalipto y al laurel. Tiene gran vida por delante gracias a su maravillosa acidez.