Poderi di San Pietro Monastero di Valbissera

San Colombano al Lambro es una colina cuyo relieve sobresale especialmente en medio de la llanura milanesa, en dirección al Oltrepò Pavese. Aquí siempre se ha elaborado vino, ya sea para consumo local como para exportar a Milán. El hecho de que San Colombano, ciudad medieval dotada de una majestuosa fortaleza, esté adscrita administrativamente a la Ciudad Metropolitana de la capital, hace que sus vinos se identifiquen como "vino de Milán".

Gracias al éxito que esta marca tuvo durante la Expo 2015, un grupo de innovadores productores se dispusieron a poner en valor estos vinos: identificaron las mejores parcelas de la colina e impulsaron una exitosa comercialización de una de las denominaciones más pequeñas de Italia: con vinos jóvenes y accesibles, así como con complejos reservas.

Una de las historias más bonitas y exitosas es precisamente la de Poderi di San Pietro. Surgida de las cenizas del antiguo Consorcio Agrícola Local, esta bodega ha reestructurado las instalaciones y las ha dotado de un parque tecnológico que podría ser la envidia de más de un château bordelés. La selección de uvas y el control de la maduración en el viñedo se realiza de un modo totalmente sostenible, monitorizado mediante unos sensores especiales.

La colina de San Colombano es de origen marino, no supera los 75 metros de altitud pero permite unas vistas espectaculares de la llanura lombarda y alterna suelos arenosos con calizas de gran permeabilidad, ricos en minerales y constantemente expuestos a los rayos del sol. Un clima mediterráneo, ideal para las viñas.

El Monastero di Valbissera es el gran vino de los Poderi. Un vino de reserva obtenido de rendimientos muy bajos, controlados con el objeto de ofrecer un producto de excelencia. Una mezcla de croatina, barbera y uva rara, vinificado en acero y madurado durante tres largos años en barricas nuevas y un año más en botella. Expresa plenamente el potencial del territorio, es un vino extraordinariamente complejo a nivel aromático, con notas especiadas de tabaco, regaliz y vainilla. En boca exhibe un equilibrio magistral entre el tanino, suave pero todavía bien marcado, y un retrogusto envolvente y seductor que deja aromas de vainilla armonizados por un sutil recuerdo almendrado. Es ideal para acompañar carnes complejas y especiadas, platos de caza y quesos curados.