Cerca de Dolianova, en el interior de la zona de Cagliari, se respira un aire quieto y casi sagrado, típico del sombrío interior sardo lejano al bullicio de la costa. A la sombra de la catedral de San Pantaleo, uno de los ejemplos más sugestivos del románico sardo, trabaja con firmeza y espíritu práctico la familia Pala. Empresa moderna y dinámica, pero sin lujos y bien arraigada a la tradición, Pala es una bodega muy concienciada respecto a la sostenibilidad. Su catálogo es amplio y riguroso y cuenta con todas las variedades autóctonas en su gama de vinos. Sin embargo, de entre toda su producción sobresalen los blancos y, entre éstos, su Vermentino I Fiori, el vino más famoso de la familia: un vino típicamente sardo y, por tanto, mineral, marino y salino; un Vermentino que envuelve y fascina, un vino que invita a descubrir la enología de una isla sin fronteras.
Uno de los viñedos más interesantes de la bodega Pala es sin duda el de cepas de la variedad bovale que tienen plantadas en vaso sobre suelos de arena. En este aspecto, Pala destaca: al sur de la provincia de Oristano, al límite con la de Cagliari, hace ya varios años que esta familia ha apostado por este terruño situado en las faldas del monte Arci, un macizo de antiguo origen volcánico. Aquí cultivan tres antiguas parcelas, cepas de pie franco en su gran mayoría plantadas sobre arenas profundas (alguna, con fondo volcánico). Son viñas que parecen estar plantadas en la misma playa, a tan solo 9 metros sobre el nivel del mar y a cuatro kilómetros de las olas.
La bovale, una antigua variedad sarda de origen ibérico, que da vinos estructurados y más bien rústicos, ofrece sus mejores virtudes sobre estos bellísimos suelos de arena. Y unas cepas con más de setenta años ofrecen el néctar que, en un 80%, da vida al vino Thesys, uno de los tintos más interesantes de la familia Pala. El restante 20% es syrah, y proviene de un viñedo plantado a una altura superior, sobre una base de arcillas y esquistos, protagonista de los perfumes más misteriosos y seductores del vino. Una vez realizada la mezcla, podría describirse el vino como una fusión entre el occidente rústico y potente derivado de la bovale y el oriente onírico y embriagador aportado por la syrah, armonizado por un reposo en madera nueva de tres meses.
De un color rojo rubí de capa alta, casi impenetrable, el Thesys exhibe un perfume intenso de pequeños frutos rojos, mermelada de ciruelas y cerezas unidas a unas notas especiadas de cuero, pimienta negra y café tostado. Unos taninos elegantes y domados, y un gran cuerpo demuestran una estructura firme y envolvente. Muy persistente, es un vino de categoría y con clase. Marida muy bien con carnes rojas a la parrilla o braseadas, primeros platos sabrosos y picantes, y quesos curados.