Hay vinos que atraen en su presentación, por su etiqueta más o menos original, diseñada con mayor o menor gusto, acorde con el vino que presentan o no..., otros por el vino en si, y un tercer grupo, que ofrecen un bonito conjunto, en general. Nietro sería uno de ellos.
La etiqueta es pulida, sencilla pero diseñada con gusto; es elegante y nos transmite de algún modo que sus elaboradores ponen cuidado en todo el proceso. Es así. En cuanto al vino, es un vino con carácter, con una excelente relación precio-calidad, un vino que se disfruta, que ofrece toda la frutosidad de la garnacha (garnachas de viñas viejas) y que transmite "terroir". Buen trabajo.
En copa, Nietro viste un vivo color picota, brillante, limpio, con lágrima densa pero de capa media-alta. El primer impacto en nariz nos anuncia que se trata de un vino con carácter: es fresco, limpio, mediterráneo, con notas especiadas y de pimienta negra. Atrae. Con aireación en copa aumenta su densidad aromática, se va abriendo delicadamente, ofreciendo notas dulzonas, de jengibre, enebro... -¡tiene un toque navideño!-, notas minerales de grafito y unos sutiles toques de crianza. Todo muy bien integrado y, esencialmente y por encima de todo, un tinto frutal (cassis) y fresco.
Su entrada en boca es golosa, con volumen, acorde con la nariz aunque con un punto más de calidez. Es potente, con notas de sotobosque, una suave presencia de taninos que mantienen su estructura y augura una buena evolución, y también, un tinto predominantemente frutal. Es suave y cremoso. Se disfruta.
Nietro nos deja un buen sabor de boca, es largo y ligeramente amargoso en el retro-gusto, algo que no deben asociar con desagradable, simplemente alarga su persistencia. El alcohol está bien integrado y nos deja una muy buena sensación de frescor en su final. Para repetir.
(Nietro se elabora a partir de cepas viejas de garnacha, con una edad media de 40 años, cultivadas a 950 metros de altitud sobre suelo pizarroso, en los municipios de Castejón de Alarba, Alarba y Acered. Su nombre, Nietro, proviene de una antigua unidad de medida del vino equivalente a 16 cántaros o 160 litros.)