Missenyora es un monovarietal de macabeo, impecablemente elaborado con una fermentación y crianza sobre lías en barricas de roble, un blanco modesto, un vino sin estridencias pero al que no faltan virtudes. Es equilibrado, refrescante, sabroso, frutal, de textura suave..., y con un punto abocado que merece explicar.
Antiguamente, en la localidad de Vallbona de les Monges y sus alrededores, se hacía un vino muy particular, para la elaboración del cual se llevaba el mosto a ebullición con el fin de concentrar los azúcares. Inspirados en esa tradición, el Celler L'Olivera añade hoy mosto concentrado durante la elaboración del Missenyora, aunque en dosis muy reducidas, unos 9-10 gr/l. de azúcar residual, una característica que confiere al vino ese carácter abocado tan especial y que tan bien se complementa con su buena acidez, haciendo de él además un vino perfecto para acompañar platos con foie y para contrarrestar los amargores de determinados alimentos, difíciles de maridar, como las alcachofas.
Missenyora tiene un color amarillo pajizo brillante, con lágrima considerable y ofrece una nariz delicada pero intensa, con aromas de fruta y flores blancas, y unos toques muy sutiles de piña en almíbar y de piedra calcárea. En boca es sabroso, graso, equilibrado, con nervio y estructura, fresco y con ese ligero dulzor que hace muy agradable su trago.
Su presentación no podía ser mejor: una preciosa botella de color azul, color icono de la bodega aludiendo a las cerámicas propiedad del monasterio real encontradas al cultivar las fincas, y una etiqueta moderna y elegante, diseñada por Claret Serrahima, estrecho colaborador de la bodega. Missenyora es el blanco más popular de L'Olivera, con razón.