Marqués de Cáceres Rosado

Rosado pleno de carácter que combina las bondades de la uva tempranillo (96%) con los de la garnacha tinta (4%). Las cepas de tempranillo se ubican principalmente en las zonas más frescas de Cenicero y de la Rioja Alavesa, mientras que las de garnacha tinta se encuentran en las laderas de mayor altitud de Cenicero. La mayoría de las plantas ronda los 20 años de edad y el tipo de suelo predominante es el arcillo-calcáreo. El clima dominante es el atlántico templado, con las estaciones bien diferenciadas entre sí.

La vendimia se realiza parcela a parcela y siempre a mano. Ambas variedades se vinifican por separado y tras el estrujado y despalillado de los racimos, el mosto macera con los hollejos entre 8 y 10 horas. Después, un suave sangrado permite trasegar el mosto a otro depósito en el que comenzará la fermentación, ya sin hollejos y a baja temperatura. Acto seguido se estabiliza el vino con frío para frenar la fermentación maloláctica y mantener así su frescor natural. Suele embotellarse entre los meses de diciembre y enero siguientes a la vendimia sin crianza en madera alguna. Contrariamente a lo que sucede con muchos otros vinos de la casa, se recomienda tomar el rosado en plena juventud, cuando sus aromas primarios son más vivaces y su expresión mayor. Durante sus dos primeros años de vida luce un delicado color coral pálido que emana energía por donde se mire. Cautiva la nariz con sus nítidos recuerdos a frutos rojos de bosque y ligeros apuntes anisados. El perfecto equilibrio entre la madurez de la fruta golosa y una acidez precisa lo convierten en un auténtico comodín con el que triunfar en prácticamente cualquier ocasión. Su finura y su largo paso por boca, son garantía absoluta de éxito ante cualquier comensal.