La Nieta

La Nieta fue presentada en sociedad en su añada 2004 y es uno de los dos vinos que la familia Eguren elabora en su nueva bodega de Páganos.

De intenso color cereza, fino en nariz y goloso en boca, La Nieta es un vino que pervive en elegancia. Equilibrado, fresco y con nobles taninos, es la pequeña joya de un viñedo muy especial del mismo nombre, una parcela de menos de dos hectáreas, situada a los pies de la Sierra de Cantabria.

Tras realizar la primera fermentación en pequeños tinos de roble de 10 hectolitros de capacidad y la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble francés, este vino envejece durante 18 largos meses en barricas nuevas de roble francés.

Resumen realizado a partir de la valoración de Marcos Eguren sobre la añada 2015 en Rioja

La cosecha de 2015 se ha caracterizado por importantes precipitaciones de nieve durante el invierno y algunos meses muy secos en primavera y verano, pero con el resultado final de una uva muy sana y bien madurada.

El año climático comenzó con un invierno luminoso y nieve, pero con temperaturas acordes a la zona. No fue hasta mediados de marzo cuando se produjo una ligera subida de temperaturas y las cepas iniciaron su brotación hasta principios de abril. A partir de entonces comienza un período de temperaturas suaves y ligeras lluvias que favorecen un buen crecimiento de la vegetación. Mayo trajo consigo un aumento de las temperaturas hasta los 30º C - 33º C y la aparición de las primeras flores a finales de mes.

Junio siguió con temperaturas elevadas (23º C - 26º C grados de máxima) y ya terminada la floración se sucedieron algunas tormentas e incluso una granizada en las zonas de El Bosque, el Vizcarral, La Concova y Trasugueras. A finales del mismo mes las temperaturas rondan los 40 grados y siguen altas en julio, pero con noches frescas que descienden hasta los 15º C y algunas tormentas en San Vicente de la Sonsierra y en Páganos. Siguió un agosto muy caluroso y seco en el que tuvo lugar el envero y la maduración, con leves lluvias a mediados de mes y alguna tormenta en sus últimos días. Las temperaturas suaves y la ausencia total de lluvias, aceleran y finalizan la maduración a mediados de septiembre, con un adelanto de casi tres semanas respecto a una añada normal.

La vendimia se realizó la última semana de septiembre teniendo una uva muy sana y con una graduación ligeramente superior a los años anteriores, un buen equilibrio de acidez y una óptima madurez fenólica.