La Maldita Tinto

La Maldita es un proyecto que toma su nombre del apelativo con el que muchos en la Rioja se referían a la variedad garnacha. De hecho, los tres vinos de La Maldita están elaborados con esta variedad. Hasta hace apenas unas décadas, la garnacha era la segunda uva en la Rioja, pero sus bajos rendimientos y la dificultad de elaborar grandes vinos con ella que encontraban los bodegueros la llevó a caer, paulatinamente en el olvido. La uva tempranillo emergió con fuerza y arrinconó a la garnacha, castigándola a las zonas altas, apartadas y pedregosas, de difícil acceso y complicadas de trabajar. Atrás quedaban los tiempos en que la garnacha fue la uva del pueblo, una planta resistente que ofrecía frutos riquísimos que se convertían en vinos populares.

Más del 50% de los viñedos de garnacha fue arrancado, pero algunas parcelas resistieron y son hoy la bandera que enarbola La Maldita. Viñedos en vaso de más de 40 años, plantados en altitud (700 metros) sobre suelos de gravas son los responsables de todo el placer que regala cada sorbo de La Maldita Tinto. Con el fin de mantener intacta la esencia de tan preciada fruta, únicamente un 30% del vino recibe una corta crianza en barrica, mientras el resto reposa en depósitos de inoxidable con sus lías.

El resultado es un vino fresco y ágil, pero con carácter, como los de antaño. Críticos de gran prestigio internacional como Robert Parker o José Peñín han caído rendidos ante su descomunal relación precio placer y no han dudado en recomendar La Maldita Tinto en sus canales de comunicación. Sorprende su elegancia, su nariz discretamente balsámica y finamente herbácea, su fresca madurez, la profundidad de sus sabores y su capacidad de llenar la boca de jugosidad y satisfacción.