Las míticas tierras rojas de Salento, ricas en arcilla, sílice y calizas, y azotadas por el sol y por el viento, son el origen de los históricos olivares de esta región, pero también del Primitivo de Archetipo, uno de los vinos más recomendados de esta variedad. Un vino de importante estructura, pero también de una delicada frescura y un sabor del que uno nunca se cansa. De cultivo rigurosamente ecológico y certificado como agricultura sinérgica, este primitivo procede de cepas de 15 años de edad.
Aunque los Primitivo adquieren su cuerpo y su carácter decidido y rotundo con la plena madurez de la uva, la vendimia de la primitivo de Archetipo no va más allá de principios de septiembre como signo de una búsqueda de la elegancia y la sutilidad que no se aplica a otros viñedos. Este Primitivo no pasa por ningún filtrado ni aclarado y está sujeto a una larga y lenta fermentación de cerca de veinte días; pero lo más importante es su largo envejecimiento: un año en grandes barricas de roble, otro año en depósitos de acero y un semestre más de afinamiento en botella.
De profundo color rubí, impenetrable incluso en su juventud, este Primitivo despliega en nariz toda la amplitud y riqueza de los vinos de Salento. Profundo y completo, nos ofrece recuerdos de mermelada de mora y de cerezas en licor, junto a ellos, notas frescas de guindas, frambuesas y bayas de enebro y otras más profundas y oscuras de nuez y regaliz. En boca nos confirma su calibre y, como nos recuerda su etiqueta, su origen soleado y luminoso. Frutal, pero decididamente tánico y austero, se destaca del resto por su sorprendente frescura y, sobre todo, por la salinidad que nos deja como recuerdo tras una infinita persistencia.
¿A qué sabe este vino?
Vista
Rojo rubí / Carico / Luminoso
Nariz
Confettura di mora / Ciliegia sotto spirito / Amarena / Frambuesa / Enebro / Liquirizia