José Pariente Sauvignon Blanc

Cuando uno piensa en Rueda, a menudo resuenan en su cabeza las palabras José Pariente. Pocas bodegas han hecho tanto por la denominación castellana y por posicionar la uva verdejo entre las mejores de España. En esta ocasión, las bodegas José Pariente se aventuran con otra uva muy bien adaptada a los suelos vallisoletanos: la sauvignon blanc. Popular en su Loira nativo o en países como Nueva Zelanda en los que se ha convertido en todo un emblema, la sauvignon blanc ofrece una cara muy particular en manos de los expertos de José Pariente. Sus vinos son limpios y aromáticos, minerales y frescos gracias al clima continental imperante y a la pobreza de los suelos.

Las uvas empleadas en la elaboración del José Pariente Sauvignon Blanc proceden de algunas de las cepas más viejas de la denominación, plantadas hace más de 40 años sobre suelos de cantos rodados muy pobres en materia orgánica y con afloraciones calizas en las cotas más altas. La fruta recolectada maceró en frío durante unas 10 horas antes de ser prensada e iniciar, acto seguido, la fermentación también bajo control de temperatura, con el fin de preservar los aromas primarios más delicados. Después, el vino reposo con sus lías, buscando algo más de tacto y complejidad hasta el momento de su embotellado.

El vino obtenido es de color amarillo pajizo con reflejos verdosos y combina con elegancia los aromas tropicales (maracuyá) con los herbáceos (hierba recién cortada y boj) hipnotizándonos hasta llegar a una boca tersa y nítida, de cuerpo medio, cuya intensidad no decae hasta el postgusto, avivada por el fresco de las grosellas amarillas y un firme rastro mineral. Permanece largo tiempo en el recuerdo entre elegantes tonos secos y finamente amargos.

Se recomienda una decantación enérgica previa a su consumo para poder gozar, en plenitud, de toda su riqueza aromática.