Blankaforti es uno de los tintos naturales más nítidos y amables de Cataluña. En él se perciben toda la generosidad de Jordi Llorens y el enorme conocimiento acumulado en sus múltiples viajes por el viñedo europeo. Vino muy personal, pero con un estilo muy global, que agradará tanto a los iniciados en los vinos naturales como a los neófitos.
Sólo unas 2000 botellas de este excepcional vino tinto ven la luz anualmente, por lo que aquellos que consigan hacerse con una, deben sentirse verdaderamente afortunados. Sus uvas vendimiadas a mano, que incluyen un 25% de uva blanca de la variedad macabeo, se seleccionan en el viñedo y nuevamente en bodega. Sólo las mejores serán despalilladas y cederán su mosto a la maceración semicarbónica que, como siempre en la bodega de Jordi Llorens, transcurre con levaduras salvajes. Ya en forma de vino, el Blankaforti descansa alrededor de medio año en depósitos de inoxidable para después ser embotellado sin filtrar ni clarificar y, por supuesto, sin adición alguna de sulfuroso. El resultado es un magnífico vino de nariz intensa de fruta crujiente (granadas y cerezas), bosque, flores azules y regaliz. Su entrada es fresca y nítida y un pequeño rastro de carbónico fundamental para su conservación, de la mano de una brillante acidez, aligera y conduce un cuerpo láctico y sumamente redondo. Especias amables, toques minerales, violetas y un sutil recuerdo a piel de naranja derivan en un posgusto largo y delicado dominado por la omnipresente fruta.
Blankaforti cierra el debate entre vinos naturales y convencionales, demostrando que lo realmente importante es la calidad del vino y no el apelativo con el que a ellos nos refiramos.
Consumo y conservación
Servir entre 14 ºC y 16 ºC
Maridajes
Pato asado / Pez espada a la brasa / Quesos semicurados
Opiniones de nuestros clientes
5,0/5
1 opinión
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por: Eva (28/2/2018) - Añada 2016
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¡Cuántos aromas!
Este vino es fantástico, ¡cuántos aromas salen en copa nada más servirlo! A ciegas tienes dudas incluso en alguno momento de si no es un blanco. No, es tinto. Se reafirma y en qué manera, muy crujiente, con ese frescor nítido y graso de las cerezas, con especias y toques de piel de naranja... Una verdadera delicia. El nuevo Penedés es irresistible. ¡Dónde estaba!