El Atikete es otro de los grandes vinos tintos que Jordi Llorens elabora en su bodega de la Conca de Barberà. Son (como siempre en el caso de Jordi) las levaduras autóctonas las encargadas de conducir la fermentación alcohólica y extraer lo mejor de la fruta. Después el vino envejece durante 12 meses en barricas de roble usadas de 225 y 400 litros, que ayudan a redondear el vino sin restar un ápice de protagonismo a los aromas frutales.
En su corte se combinan el frescor de la autóctona garnacha tinta con las foraneas syrah y cabernet sauvignon; Jordi Llorens es un firme defensor de trabajar aquellas variedades bien adaptadas al entorno y, sin duda, el cabernet sauvignon y el syrah son muy felices en las tierras de la Conca. Completa la cuvée un pequeño porcentaje de bobal, uva común en Manchuela y Utiel-Requena, pero mucho menos trabajada en Cataluña, de la que Jordi y sus clientes habituales se declaran enamorados.
Ya en la copa desprende aromas a bosque, como si quisiera llevarnos a pasear por los viñedos que nos regalan sus uvas. La fruta silvestre, las flores y los recuerdos a matorral, se combinan con una fina licorosidad, vistiendo de elegancia un cuerpo firme y delicadamente especiado. La madera se intuye, pero la tierra se siente; guindas, grosellas negras maduras y algo de humo decoran su aromática, convirtiendo al Atikete en un vino fresco y complejo, personal pero accesible, capaz de conquistar a los amantes de los grandes vinos naturales pero también a los neófitos en la materia.
Consumo y conservación
Servir entre 14 ºC y 16 ºC
Maridajes
Pasta con setas / Aves asadas / Carnes a la piedra
Opiniones de nuestros clientes
5,0/5
2 opiniones
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por: Eva (19/3/2018) - Añada 2016
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La naturaleza brilla en él
Quienes desconfían de los vinos naturales deberían probar un vino como éste o cualquiera de los de este productor, como su Blankeforti por ejemplo, de precio todavía más asequible. Como todos los prejuicios, hay que conocer más vinos para distinguir un buen trabajo de un mal trabajo, y no menospreciar una manera de entender el vino como tal. Con Atikete yo he disfrutado de un vino fragante, asequible, lo que todos conocemos como un vino de terruño, de paisaje y derriba otro prejuicio, el de las variedades internacionales, si han arraigado bien en el lugar, por qué no. Me ha recordado el estilo de los vinos italianos: directos, honestos, muy bebibles. En cuanto al precio, más que correcto, pero si a alguien le parece elevado, que tenga en cuenta todo lo que conlleva, de artesanía y naturalidad. Yo, lo añado a la lista de mi bodega personal.
por: Anna (2/3/2022) - Añada 2019
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Vino evolutivo
Un vino de excelente calidad, que de entrada “en boca me recuerda un blanco” y con la oxidacion se torna un “tinto con caracter”. Versatil,evolutivo y sorprendente. Personalmente delicioso.