Gordo

Alberto Orte y Patrick Mata son los artífices de este vino, artífices y artesanos. Con su Compañía de Vinos del Atlántico, dan continuidad a la tradición vitivinícola de sus respectivas familias pero su proyecto se extiende ya por toda la península Ibérica. Buscan viejos viñedos en zonas de altitud elevada, con variedades mayoritariamente autóctonas y con una viticultura orgánica ofrecen vinos de gran carácter a precios muy asequibles.

Gordo es su vino de Yecla y el nombre del vino responde al sobrenombre con el que cariñosamente Patrick se refería a su padre; un ejemplo más de la naturalidad con la que esta bodega trabaja, la honestidad, las cosas como son, con gran respeto por la tradición y aprendiendo de la sabiduría del pasado.

Con Gordo, por ejemplo, demuestran cuán diferente puede llegar a ser un vino de monastrell en Yecla, a diferencia de otros similares elaborados en la vecina Jumilla. En Yecla, y en este viñedo en particular, situado a 713 metros de altitud, el clima es más fresco, los vinos son más aromáticos, más frescos, equilibrados de forma natural y más fáciles de beber. Exactamente el perfil de este vino. En este viñedo además, los suelos son de composición calcárea, que favorecen la finura del vino, y muy pobres en materia orgánica, de modo que las producciones son realmente bajas, con bayas muy pequeñas y una gran concentración de aromas gracias a la elevada proporción de pulpa en contacto con la piel.

En Gordo encontrarán un vino muy fresco y alegre, diferente a lo que seguramente conocen en vinos de monastrell. De color intenso y vivo, picota oscuro pero con una capa no muy alta, y una nariz muy abierta, de fruta roja dulzona, cercana a la golosina, con aromas silvestres muy vivos, de enebro, de cedro y plantas aromáticas, típicas de la monastrell pero sin verdores, y sensaciones tanto de tierra seca como de hojarasca húmeda, notas de pimienta y de clavo, un fondo ahumado; una nariz bastante exótica, especiada pero sobre todo abierta y accesible. Es muy fácil de beber, sabroso, jugoso, con un cuerpo medio, un sutil amargor bien equilibrado por su suave dulzor y un fondo de caramelo en el retrogusto particularmente distinguido.