La historia de la grignolino es la típica historia de una variedad piamontesa de las llamadas "menores", utilizada en su tiempo únicamente en combinación con otras variedades, pero revalorizada en la actualidad y presente en elaboraciones monovarietales. Las uvas de grignolino se caracterizan por unas pepitas grandes y particularmente abundantes que tienden a traducirse en vinos toscos, ásperos y con nervio si no se vinifica adecuadamente. Este es el motivo por el que tradicionalmente sus vinos se han considerado poco nobles e, incluso, debido a su verticalidad, eran administrados medicinalmente como antisépticos.
Hoy en día la grignolino muestra otra personalidad, ya que las modernas técnicas de vinificación han conseguido poner de manifiesto su carácter varietal, mucho más complejo que el hasta ahora conocido. Esta complejidad resulta evidente en vinos como el Gaudio Grignolino Mondalino, que realiza su envejecimiento durante seis meses exclusivamente en acero y sin recurrir a la moderación de la madera.
Procedente de los privilegiados viñedos de Bricco Mondalino en Vignale Monferrato, este municipio puede considerarse un cru de Casale en lo que a esta variedad se refiere. Gaudio Grignolino Mondalino se muestra con un hermoso color rubí que tiende al granate claro y se expresa en nariz con inmediatez y una gran delicadeza: notas de pequeños frutos rojos junto con aromas florales, especiados y otras notas de hierbas aromáticas como el tomillo. En boca no renuncia a una cierta rudeza juvenil, típica de la variedad, que se equilibra con un tanino presente pero no áspero. La estructura es liviana y deja el agradable recuerdo de un trago espléndido y sabroso.
Pruébelo con embutidos, con quesos curados y semicurados, con carnes mixtas hervidas y carnes asadas. También marida perfectamente con sopas de pescado particularmente sabrosas.