Cyan Crianza

Cuando catamos este vino por primera vez, nos sorprendieron sus notas mentoladas, su jugosidad y su madurez, y cómo invitaba a tomar una segunda copa. Nos pareció un vino de aromas primarios, característico de Toro, con frambuesas y moras, y un interesante equilibrio entre el dulzor de la fruta y la austeridad de unas notas de especias secas.

Frutosidad y golosina se alternaban con la seriedad, con un punto astringente en el final incluso, sin molestar. Fresco y seco a copa parada, al agitarlo se avivaba su carácter frutal, su dulzor y de nuevo los suaves mentolados. Es un vino aparentemente austero y riguroso, que no puede ocultar su dulce alma interior.

¿Color? Picota oscuro, bastante cubierto. ¿Notas en nariz? Fruta en confitura, especias secas, regaliz, algún tostado y mentolados. ¿Paladar? Frutoso, cálido, intenso, potente, vivo. Bien hecho, sin buscar la opulencia sino la elegancia, como corresponde a la marca de la casa: Matarromera.