Una garnacha seleccionada y entre los varios depósitos de cemento que elabora la Cooperativa Cristo del Humilladero en Cadalso de los Vidrios.
Dicha cooperativa intenta mantener el tipo tras la huida masiva de viticultores en la zona en los años 70 y 80. Ahora gracias a una nueva generación de jóvenes viticultores y enólogos, especialmente por los chicos de Comando G que estan desarrollando un proyecto para levantar la cooperativa a fin de que no se pierdan las viñas de Cadalso y Rozas, los vinos de Gredos se están encumbrando a la élite de los vinos de España y, del mundo, por tanto ayudando a que modestas cooperativas como esta puedan
mantener y ofertar vinos de calidad a precios muy razonables.
En este vino se ha buscado el carácter excepcional de la garnacha de la sierra de Gredos; fruta en sazón, mineralidad y estructura en boca, más una acidez que solo se consigue en buenos y frescos terrenos de la zona de Cadalso de los Vidrios. Las viñas están diseminadas en distintas fincas entre 500-700 m de altura, rodeadas de naturaleza: olivos,
higueras, pinos, encinas, castaños, nogales y otras tantas variedades de hierbas mediterráneas.
Los vinos son elaborados muy artesanalmente pese al volumen de uvas que entra en bodega (aunque insignificante sabiendo los millones de litros que vinificaban hace no tantos años). Levaduras autóctonas, con varias semanas de fermentación sin control de frio; aquí la naturaleza, la garnacha y sus levaduras propias hace su milagro. El resultado es un vino de gran personalidad, con claro carácter de garnacha de Gredos.
Con fruta y mineralidad muy presente, y en boca, el tanino es agradable, la fruta y la acidez despiertan las papilas gustativas. Un vino aunque sin tener paso por barrica, tiene una estructura y longitud que solo la buenas vides pueden darnos.
