Cvne es y será siempre una bodega clásica en esencia, pero es también una bodega de vanguardia, lo ha sido siempre, lo era ya en el siglo XIX. Arraigada en la tradición pero con vocación innovadora, sus vinos son un puente sólido entre el pasado y el presente, avanzando con firmeza hacia el futuro.
En general toda la colección, amplia y diversa, son vinos válidos para todos los tiempos, cautivan a paladares muy diferenciados y gozan de un amplio reconocimiento internacional, pero es el Imperial Reserva el más emblemático, su vino más representativo.
El Imperial Reserva ejemplifica la gama de vinos de alta expresión, vinos de gran calidad a un precio contenido. Al lado del Imperial Gran Reserva y del Real de Asúa, la pequeña joya del enólogo, son los tres vinos más mimados, vinos de elaboración artesanal, con vendimias manuales, viñedos de más de treinta años y con selección de uva en mesa; tres vinos con una gran complejidad, intensos, accesibles y equilibrados, de los que uno puede recomendar siempre.
El Imperial Reserva es indudablemente Rioja, y un Rioja de los buenos. Los primeros aromas que se despliegan al verterlo en copa son como un viaje a la historia de esta región, cuando Rioja y Burdeos estuvieron tan estrechamente ligados. Exhibe una nariz clásica, con mucha fruta madura y jugosa, ciruelas y fruta roja (propio de la tempranillo, su variedad mayoritaria), toques ahumados y unas notas de sotobosque húmedo y de cueros grasos que mágicamente nos transportan a la vecina región francesa. Verdaderamente hay algo común entre Rioja y Burdeos, una vinculación apasionante, tanto en el carácter de sus vinos como en su historia.
El vino se abre rápidamente para deleitarnos con un sutil dulzor, una presencia mineral y un elegante fondo balsámico, unas notas de eucalipto que se intensifican con el tiempo en copa, muy cautivadoras, y con un agradable fondo de caramelo. En boca es muy jugoso, también agradablemente dulce pero siempre en equilibrio, con una acidez presente, buen cuerpo y estructura, es un vino carnoso. Tiene mucha personalidad, es un conjunto complejo, integrado, que deja una sensación de limpidez en el paladar y sobre la lengua, sin amargores ni asperezas. No es un vino concentrado pero sí intenso, con nervio, muy versátil para comer, con buenas carnes rojas, y platos de caza, cocidos y guisos con setas, callos, cocina tradicional riojana... y, si bien es un vino que sale de bodega listo para ser disfrutado de inmediato, permite una buena capacidad de envejecimiento, de aquellos vinos para tener siempre en casa, los que nunca fallan.
NOTAS:
El nombre de Imperial viene de los embotellados especiales para el mercado inglés, denominados Pinta Imperial.
Cune se escribe con 'u' cuando es marca de vino; con 'v', para el nombre de la bodega, las siglas de la Compañía Vinícola del Norte de España, familiarmente conocida como la Cune.