Desde un viñedo en terrazas cerca del mar Adriático, a una altitud de 100 metros, sobre un terreno de toba y arena donde los vientos de bora, mistral y tramontana, acariciando las vides, depositan la sal marina mientras el cálido y seco viento libeccio (Garbino) lleva la uva a una madurez óptima.
Color amarillo pajizo brillante con reflejos verdosos. Elegantes notas florales de espino, lima y azucena en nariz. Afrutado, recuerda pomelo y cedro, luego piña, melón blanco y salvia, estragón y verbena de limón. Se caracteriza por una marcada mineralidad yodada. Al degustarlo, la riqueza ácida se equilibra con el importante aporte de glicerina, por lo tanto fresco y sabroso. Final persistente con notas frutales de cítricos con confirmación de mineralidad y finura.