La joven bodega de Francesco Cirelli, en Pescara, se caracteriza por sus elaboraciones pioneras y experimentales. Una bodega dinámica y enfocada a la excelencia de su producción, que se ha convertido en un punto de referencia en Abbruzzo. Con una filosofía de trabajo basada en la integración en el territorio y en una gestión del viñedo absolutamente eco-sostenible, Cirelli elabora vinos honestos y de marcada territorialidad, capaces de dar respuesta a las demandas más exigentes de los apasionados de los vinos naturales y ancestrales.
Cerasuolo Anfora representa una interpretación muy personal y original de esta tipología de rosado que se elabora en Abruzzo con la variedad montepulciano. Para su elaboración las uvas son sometidas a un prensado muy ligero que apenas las aplasta y rompe la piel, tras lo cual son depositadas en ánforas para que maceren allí por espacio de 6 horas. Transcurrida esta breve maceración, las uvas se someten a un nuevo prensado y se separan las pieles para que el mosto fermente bajo el efecto de levaduras autóctonas. Tras este proceso, el vino sigue su envejecimiento en ánforas a lo largo de un año.
De marcado color rosa cereza, en nariz se revela con atractivos aromas de cereza, granada, cáscara de naranja, mermelada de fresa y notas más profundas de especias y ahumados. Jugoso, fresco y muy sabroso, en el paladar se muestra intrigante, incitando siempre a un nuevo trago gracias al perfecto equilibrio que muestra entre suavidad y acidez. Un vino muy versátil que marida idealmente con aperitivos de pescado, primeros platos con verduras, sopas de pescado y quesos típicos.
El estilo Cirelli se ha basado durante años en el uso de ánforas de terracota que confieren tipicidad y carácter a los vinos autóctonos de Abruzzo. Esta opción de vinificar y envejecer toda una gama de vinos en estos recipientes tiene como meta establecer un perfil organoléptico distintivo y claramente apreciable. Prueba de ello, los Montepulciano, Cerasuolo y Trebbiano de la bodega elaborados con esta práctica.