Cérvoles Garnatxa

Localizadas en La Pobla de Cérvoles, en la leridana DO Costers del Segre, las viñas de Cérvoles Celler ocupan unas 55 hectáreas de las que un elevado porcentaje se dedican al cultivo de cepas de garnacha plantadas entre 1970 y 1989. Las viñas están situadas a una altitud que sobrepasa los 700 metros a los pies de la Serra de la Llena, frontera natural con la comarca del Priorat, y se benefician de los privilegios que comporta la viticultura de montaña: contrastes térmicos, sanidad de las cepas, suelos de gravas, etc. Las noches frescas de Les Garrigues, la subzona de la DO donde se encuentran los viñedos, incrementan el grosor de las pieles, favoreciendo, a posteriori, la extracción de color y estructura de las mismas.

La voluntad de la bodega con este vino fue buscar la verticalidad y la pureza de la variedad, enseñándonos la garnacha sin maquillaje, como máxima expresión de la fruta pura. El vino se cría, con parte del raspón, en tinos de roble francés de gran volumen (4.000 litros) para acabar de cincelar su carácter naturalmente evocador. Son pocas las garnachas monovarietales que se elaboran en Costers del Segre, una región famosa, precisamente, por sus vinos tintos de corte, por lo que dejar pasar esta golosina de vino no parece nada recomendable. Cèrvoles Garnatxa es pura fruta, la ternura de la variedad en su máxima expresión. Frutas maduras, moras aún húmedas por el rocío matinal, violetas y taninos dulces, casi fundidos. Vestido no demasiado opaco y un encantador color cereza deleitan la vista mientras sutiles toques amargos y especiados seducen al paladar. Elegantes recuerdos minerales y balsámicos nos recuerdan a los bosques, a la montaña y le aportan el carácter necesario para que el vino tenga entidad y amabilidad a partes iguales.