Para muchos, y con toda razón, hablar de Cecchetto es hablar de vinos del Piave. Un rincón plano en la parte oriental del Véneto donde una uva difícil ofrece seguramente los únicos tintos de la región capaces de competir con sus nobles primos de la Valpolicella. La bodega de Giorgio Cecchetto se ha erigido siempre como protector del territorio, sin que ello le impida interpretar la tradición como un patrimonio capaz de renovarse también. Desde esta perspectiva, su trabajo se ha centrado siempre, desde 1986, sobre la variedad raboso, una uva resistente, de cosecha tardía, que Cecchetto ha convertido en un lienzo de gran interés artístico.
En todas sus versiones, el vino Raboso de Cecchetto es un vino del Véneto que ha hecho historia. El Raboso del Piave, un purasangre indómito, demuestra su carácter ya en la viña, con un larguísimo ciclo vegetativo: es de los primeros en brotar y sus racimos son los últimos en ser cosechados. Esto lo convierte en una uva singular, casi al extremo, y quizás por este motivo se ha marginado, porque intimida con su fuerte y enérgica naturaleza. Para revelar lo mejor de sí requiere un largo tiempo, paciencia y una buena dosis de coraje.
Las tres fincas de la bodega se encuentran en Tezze, sobre suelos guijarrosos, en Lorenzaga, más arenosos, y en Cornuda, sobre arcillas. Tres terruños distintos que ofrecen tres fieles interpretaciones de un mismo territorio. Envejecido durante un año una parte en barricas y una parte en grandes toneles de roble, el Raboso clásico ofrece en copa un típico color rojo rubí con reflejos granates. Fragante, amplio y agradable, sus aromas recuerdan a las guindas, las moras silvestres, la vainilla, el cuero, el tabaco y las violetas. De paladar seco, austero, con una tanicidad y una acidez agradablemente ennoblecida por el aporte alcohólico.