Castello Romitorio Brunello di Montalcino

Hay algo embriagador y vigorizante en este vino: una nariz alta de roble y fruta con acentos de cerezas, violetas y granadas. También hay notas terrosas y, con la crianza, matices de salvia y soja. Los taninos están profundamente entrelazados en el cuerpo, firmes pero finos, y le dan a este vino una estructura excepcional, un esqueleto desde el que la fruta, el roble y los aromas pueden expresarse plenamente. El vino se despliega lentamente en la copa, se vuelve más sinuoso y sensual en contacto con el aire, la ligera astringencia de los taninos invita a tomar otros sorbos. La crianza en botella aporta agradables notas terciarias de cuero y hierbas, la persistencia y el aroma son duraderos. Este vino deja su huella tan pronto como se lanza, pero se vuelve aún más fiel a sí mismo a medida que envejece (Anne Krebiehl MW).