Ca' Lojera Lugana

"Casa de los lobos": este es el significado, en el dialecto local, de Ca' Lojera. Sin embargo, en la bodega del matrimonio Tiraboschi el único peligro son unos vinos a los que es difícil resistirse. El nombre de la bodega, que tiene su origen en la legendaria presencia de lobos en esta región, es en la actualidad una garantía de calidad y todo un ejemplo de la denominación de Lugana. Sencillos, amables y cordiales, el matrimonio formado por Ambra y Franco transformaron en la década de los noventa su compañía de frutas y verduras en una bodega que interpreta fielmente el terroir de Lugana. Una empresa estrictamente familiar que posee en la actualidad 18 hectáreas plantadas con la variedad turbiana, el nombre con que se conoce aquí la trebbiano.

Las tierras de esta región, que en el pasado había contado con numerosas fuentes de riego y acequias, son predominantemente arcillosas y de relieve moderadamente montañoso, con una hermosa vista del Lago Garda. Algunas cepas de las que encontramos en la actualidad son anteriores a la fundación de la bodega y cuentan con una edad de más de 50 años.

La filosofía de los Tiraboschi, pertenecientes a la federación italiana de enólogos independientes, es clara: su interpretación del vino de Lugana refleja el territorio de manera directa y, por lo tanto, se basa en la verticalidad, la frescura y la mineralidad, sin concesiones a la estructura y sin refinamientos excesivamente pretenciosos. Solamente dos de sus vinos siguen un refinamiento especial: su Lugana Superiore, que permanece durante 2 años en barricas de madera (aunque de gran tamaño para no desmerecer el peso del terroir en el resultado final), y su Riserva del Lupo, elaborado con uvas parcialmente botritizadas y vinificadas exclusivamente en acero.

Ca' Lojera Lugana es una obra maestra que ejemplifica como pocos la esencia de este tipo de vino. De color pajizo con claros reflejos verdosos, aunque más dorado con la edad, en nariz se revela con una hipnótica aromática de recuerdos minerales y florales, con notas delicadas de jazmín y de flor de saúco, de ciruela amarilla, de menta y mejorana. Evanescente en apariencia, en el paladar se muestra con una fuerte personalidad, de estructura delicada pero de potente frescura, sabroso y de recuerdos almendrados.