Bonesvalls es cabernet, pero un cabernet marino, mediterráneo. Su sangre es claramente bordelesa (es noble, clásico, ahumado...) pero su alma es mediterránea sin duda: jugoso, maduro, sanguino, fresco.
De apariencia, Bonesvalls es brillante, con un color picota oscuro y un ribete más bien terroso. En nariz, tiene dos caras pero deberán decantarlo una media hora antes para que ambas se descubran: se presenta con un carácter mineral y ahumado, de estilo bordelés (pedernal, incienso, hierbas aromáticas secas como el tomillo) pero danza en copa con esencia mediterránea, con jugosos aromas de fruta madura y sanguina (ciruelas) y un toque de salinidad, que seguro debe a esa brisa marina que a diario respiran los viñedos. El conjunto aromático es muy elegante, atrayente y 'femenino', un rasgo especialmente destacable para un monovarietal de cabernet, una variedad que por lo general asociamos con un carácter más bien masculino.
En boca es un vino ligero, de cuerpo medio y domina, más que en nariz, el perfil bordelés, con rasgos secos de nuez moscada y caja de puros. En conjunto es frutoso, agradable, con una buena estructura y una buena acidez, y los taninos son sedosos, permitiéndonos disfrutar del vino en su juventud. Un fondo de regaliz cierra el postgusto, de persistencia notable.
Un vino que marida a la perfección con la cocina mediterránea, con carnes asadas y estofadas con hierbas y especias tradicionales.
Consumo y conservación
17 ºC
Maridajes
Quesos de oveja / Conejo a las finas hierbas / Filete a la pimienta / Canelones / Ternera con setas
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La bodega
Valldolina
Los orígenes de esta finca se remontan al año 1348, aunque no sería hasta el año 1729 cuando se edificaría la masía de nuevo en el núcleo urbano de Olesa de Bonesvalls, actual ubicación de la bodega. En 1987, Joan Badell i Badell, seducido por un trocito de tierra familiar, comienza a embotellar los primeros vinos espumosos y a plantar las primeras viñas en emparrado, despertando así un viñedo que...