Desde su refundación en 1988, Benanti se ha convertido en una de las bodegas de mayor prestigio del Etna y también en una de las más apreciadas por el consumidor. El mérito es debido al meticuloso trabajo llevado a cabo por una familia con larga tradición en esta vertiente oriental del volcán, con una especial atención tanto al viñedo como a sus vinificaciones. Tras la gestión del patriarca Giuseppe, uno de los mayor conocedores de este territorio, hoy son sus hijos, Antonio y Salvino, quienes han sabido perpetuar el legado paterno con una gran competencia enológica, diversificando sus crus y ofreciendo una excelente imagen y comunicación.
Vinos sin compromisos en cuanto a calidad, los de Benanti interpretan las tierras del volcán expresando su extrema mineralidad, con una sorprendente capacidad para transportarnos a cada uno de sus cru, de sus rocas y de sus vetas. Todo ello, con una excelente finura y elegancia. Establecida en este territorio del Etna desde principios del siglo XVIII, la familia hoy cultiva unos viñedos que sobrepasan fácilmente el siglo de edad, a menudo de pie franco. Sin duda, los perfectos narradores de este terroir y sus matices.
El Etna Rosso de Benanti es una clásica mezcla de nerello mascalese (80-85%) y nerello cappuccio (15-20%), procedentes de suelos arenosos, volcánicos, ricos en minerales, situados en las laderas norte, sudoeste y sudeste del volcán. Las cepas, de edades entre los 10 y los 60 años, se cultivan tanto al modo tradicional en vaso como en espaldera. Las altitudes varían de los 450 a los 900 metros sobre el nivel del mar, bajo un clima de montaña y de alta colina, húmedo y lluvioso en la estación más fría, con una generosa ventilación y fuertes contrastes térmicos.
En la bodega, alrededor de un 20% de las uvas de nerello mascalese maduran en barricas usadas, mientras que el restante 80% y las uvas de nerello cappuccio se vinifican únicamente en acero. El resultado es un tinto del Etna ejemplar por su accesibilidad y por ser un honesto reflejo del terruño. Rojo rubí cubierto a la vista e intenso en nariz, con aromas de vainilla y de fruta madura. En boca se revela elegante, armónico, con una persistencia notable, sabroso y muy mineral en un vino con buen cuerpo. Es perfecto para acompañar los primeros platos de cocina tradicional, carnes rojas y quesos curados. Es un vino versátil que marida también muy bien con platos a base de pescado o carnes blancas.