Basa Blanco

En 1996 Telmo Rodríguez apostó por ir a Rueda a elaborar un buen vino blanco. Las colinas de suelo pedregoso y cal y la variedad verdejo autóctona de esta zona eran argumentos muy atractivos. No obstante, en aquellos años resultaba extraño hablar de un gran vino blanco español por lo que, para Telmo y los suyos, mostrar esa faceta de la tierra castellana supuso todo un reto.

Empezaron haciendo un vino fácil, trabajando con la variedad sauvignon blanc, tan apreciada por los mercados anglosajones. Basa se entendió con facilidad y se vendió por medio mundo, creciendo sin parar, tal y como sucedería con el éxito comercial de la región. Sin embargo, muy conscientes que un crecimiento en popularidad tan desmedido comportaba ciertos riesgos, en Telmo Rodríguez apostaron por volver a un Rueda más sobrio, más original, basado en las variedades autóctonas y más alejado de lo comercial.

Basa es uno de los vinos pioneros en mostrar la expresión de una variedad de uva, la verdejo, que, adaptada a un clima continental, da lugar a un vino directo, fresco y expresivo. Las uvas con las que se elabora (90% verdejo y 10% viura) proceden de los pueblos de La Seca, Serrada, Pozaldez y Foncastín. Las cepas se conducen en cordón royat y los suelos, cubiertos de cascajos de terrazas fluviales, se trabajan según los principios de la agricultura tradicional de la zona.

Tanto la fermentación como la maduración tuvieron lugar en depósitos de acero inoxidable, sin protagonismo alguno para la madera. El vino resultante es seco y recuerda la elegancia de la tiza. Con un tiempo en la copa, Basa se abre y revela intensos aromas de hierba recién cortada, piel de limón y regaliz. En boca es fresco y equilibrado, con el clásico final amargo de todo buen verdejo.