Vernaccia di Oristano

Son muchos los que opinan que el vocablo vernaccia debe de derivarse del nombre de Vernazza, localidad de las Cinque Terre de renombre internacional. Ciertamente la variedad aparece mencionada desde finales del siglo XIV y aparece incluso en el Purgatorio de Dante. Pero como tantos otros nombres de uva, como la trebbiano, la vernaccia también debe entenderse con una etimología genérica: vernaccia sería la uva 'vernácula', o lo que es lo mismo, 'del lugar', 'local', un nombre que se adaptaría a numerosas realidades vitivinícolas y a numerosas variedades, tanto blancas como tintas.

Autóctona del valle del Tirso según muchos, la vernaccia de Oristano es, para otros, una de las tantas uvas sardas de origen ibérico o, probablemente, importada por los Romanos. El hecho es que, teniendo en cuenta la particular técnica de vinificación y crianza a la que suele someterse tradicionalmente, es decir, a una crianza oxidativa en barricas sin llenar por completo para permitir la formación del velo en flor, la vernaccia de Oristano puede considerarse plenamente un testimonio del territorio. Amarillo ambarino, los vinos de vernaccia de Oristano son intensos y etéreos, oxidativos, con notas de cáscara de nuez, frutos secos y turba. Tienen una estructura robusta y compacta, cálida y salobre, con insinuaciones tánicas en los vinos con una crianza más larga. Son vinos infinitos, ciertamente para la meditación, vinificados también como vinos más frescos, con o sin oxidación o velo de flor. Es buena uva para la elaboración de blancos para el aperitivo, siendo muy sabrosos y con buena estructura, o de blancos frescos ligeramente abocados.