Pignolo

En una región de blancos como es el Friul, las uvas tintas han tenido que luchar para hacerse con su propio espacio. Al final, el Friul es también tierra de vinos tintos de variedades autóctonas. Entre ellos, los de pignolo son los que demuestran un mayor potencial de complejidad, estructura y una mejor evolución. Aparece documentada desde la Edad Media en la zona de Rosazzo, en las colinas orientales del Friul, y no hay que confundirla con otras variedades de nombre similar, derivado de la forma apiñada del racimo. Las cualidades de la pignolo, una uva "de lujo" según afirmaba el profesor Dalmasso en los años treinta, no han sido reconocidas hasta hace poco, teniendo en cuenta que estuvo a punto de desaparecer después de la filoxera. Uva delicada que exige un trato cuidadoso tanto en viñedo como en bodega, la pignolo da unos vinos de un color rubí más o menos intenso en función del tiempo de maceración, con amplios y complejos perfumes de merlemada roja, violetas, cerezas, ciruelas, humus, sotobosque, entre los que se aprecian también notas vegetales, animales y balsámicas con la evolución. Con capacidad para expresar también aromas terciarios, en boca son poderosos y con el tanino marcado, aunque elegante y aterciopelado, sobre todo tras un periodo de crianza en madera, por breve que sea, y con los ejemplos más selectos esperando pacientemente durante muchos añes antes de salir al mercado.