Perricone

Sinónimo de pignatello, la perricone es una de las uvas tintas más significativas de Sicilia, sobre todo de la parte occidental. Fue una uva muy famosa en el siglo XIX por cuanto se utilizaba —como ahora, si bien su uso es muy segmentado— para producir los vinos con denominación Marsala rubino, la versión tinta de los famosos licorosos de la isla. Más tarde, debido a la filoxera y a la dificultad de su cultivo (no solo por sus bajos rendimientos, una uva muy resistente a la falta de agua), quedó casi abandonada, hasta quedar reducida a menos del 0,5% del total de viñedo siciliano. Sobre terrenos compactos y arcillosos es donde demuestra mejor sus virtudes, traducidas en tintos de estructura, más bien musculosos y con un tanino marcado. Para compensar su carácter rústico y áspero, poco accesible especialmente en su juventud, suele vinificarse a menudo mezclada con nero d'Avola. Con todo, como parte de su recuperación en los últimos veinte años, se ha vinificado también como monovarietal, dando lugar a vinos con unas interesantes notas especiadas en nariz, de enebro y pimienta negra, unos marcados taninos en boca, una estructura firme y un final de almendras muy agradable.