Pedro ximénez

La popular uva Pedro Ximénez entraña cierto misterio. Tras su nombre se esconde un origen incierto sobre el que mucho se ha debatido. Pedro Ximénez parece un nombre propio equivalente a Pedro Jiménez, adaptado a la sonoridad del idioma portugués. El nombre proviene probablemente del sur de España, zona en la que se cultiva la mayoría de cepas de la variedad. Parece ser que, al exportarse el vino desde Andalucía hasta Brasil, el apellido Jiménez se adaptó al idioma local y se transcribió como Ximénez. Convive con esta plausible teoría otra que explica que un soldado habría traído la uva desde la región alemana del Rin hasta España, incluso que Pedro Ximénez y riesling podrían ser uvas muy próximas. Cuesta creer en esta teoría, especialmente si nos fijamos en el frío clima alemán, donde no parece que la PX pudiera prosperar. Aunque esto podría deberse a una adaptación de la variedad al entorno, parece mucho más lógico que la dulce uva blanca se desarrollara al amparo de la calidez andaluza, tierra en la que se tiene constancia de su cultivo desde el siglo XVII.

Inevitablemente vinculada a los vinos dulces y generosos andaluces, la uva Pedro Ximénez ofrece una alta graduación y diversas posibilidades de vinificación, desde blanco secos hasta destilados. En el Priorat catalán, por ejemplo, participa de muchos vinos de corte aportando su particular carácter a grandes vinos blancos de garnacha blanca o macabeo.

Se valoran de la uva PX sus grandes racimos de piel gruesa, su crecimiento regular y su pulpa perfumada y sabrosa. Soporta, además, muy bien las altas temperaturas y es capaz de madurar hasta elevados grados probables concentrando aromas especiados, de dulce de membrillo y de jengibre confitado.