Çimixà
La presencia de la çimixà en el Levante ligur está documentada desde los tiempos más lejanos, y se podría considerar incluso una de las variedades blancas más típicas del territorio, de Tigullio en particular, al lado de la bianchetta y de la vermentino. Casi extinguida hasta principios de la década del 2000, la çimixà ha podido ser recuperada no solo como uva de cosecha tardía sino también para la producción de vinos secos. No es de fácil cultivo, y bastante rigurosa, pero tiene una buena expresividad para los vinos macerados. De color pajizo dorado, los vinos de çimixà son verticales y completos, con aromas de melón y ciruelas, y algunas notas ligeramente fragantes, de flores de espino y jazmín. Cierran su paso unas sutiles notas asilvestradas y cítricas. La boca es envolvente, con buena estructura, y revelan una sapidez precisa, fresca y mineral.
Çimixà
La presencia de la çimixà en el Levante ligur está documentada desde los tiempos más lejanos, y se podría considerar incluso una de las variedades blancas más típicas del territorio, de Tigullio en particular, al lado de la bianchetta y de la vermentino. Casi extinguida hasta principios de la década del 2000, la çimixà ha podido ser recuperada no solo como uva de cosecha tardía sino también para la producción de vinos secos. No es de fácil cultivo, y bastante rigurosa, pero tiene una buena expresividad para los vinos macerados. De color pajizo dorado, los vinos de çimixà son verticales y completos, con aromas de melón y ciruelas, y algunas notas ligeramente fragantes, de flores de espino y jazmín. Cierran su paso unas sutiles notas asilvestradas y cítricas. La boca es envolvente, con buena estructura, y revelan una sapidez precisa, fresca y mineral.