Vino de Chianti DOCG
Las apacibles colinas de la Toscana son la cuna del Chianti, el más popular de los vinos tintos italianos. La historia de esta DOCG se inicia indirectamente, en 1716; fue entonces cuando el gran duque Cosme III, Gran Duque de Toscana, clasificó la franja de tierras ubicada entre las ciudades de Florencia y Siena, dando lugar a la región del Chianti y al vino homónimo que ya por entonces gozaba de gran popularidad. A principios del siglo XX, cuando la producción de esta región pionera no podía satisfacer las demandas nacionales e internacionales, la zona se amplió más allá del territorio entre Florencia y Siena, extendiéndose por las dos provincias homónimas y conservó el nombre de Chianti temporalmente. Esto cambió en 1932, un decreto ministerial distinguiría al Chianti producido en la zona tradicional con el apelativo de Classico, mientras que el término simple de Chianti quedaría para los productores de las zonas ampliadas a posteriori.
Villa Antinori Chianti Classico Riserva 2021
Castello di Monsanto Chianti Classico 2022
Castello di Monsanto Chianti Classico Riserva 2020
Monteraponi Chianti Classico Ris. Campitello 2020
ECO
Bindi Sergardi I Colli Chianti Cl. Ser Gardo 2021
Rocca delle Macìe Chianti Cl. Ris. di Fizzano 2014
Bindi Sergardi I Colli Chianti Classico Riserva 2019
Podere Poggio Scalette Chianti Classico 2019
Badia a Coltibuono Chianti Classico 2019
ECO
Tenuta Perano Chianti Classico Riserva 2017
Ricasoli Chianti Classico Brolio Bettino 2018
Tenuta Perano Chianti Classico 2019
Fontodi Chianti Cl. Gran Sel. Vigna del Sorbo 2017
ECO
Marchese Antinori Chianti Classico Riserva 2021
Chianti DOCG
Las apacibles colinas de la Toscana son la cuna del Chianti, el más popular de los vinos tintos italianos. La historia de esta DOCG se inicia indirectamente, en 1716; fue entonces cuando el gran duque Cosme III, Gran Duque de Toscana, clasificó la franja de tierras ubicada entre las ciudades de Florencia y Siena, dando lugar a la región del Chianti y al vino homónimo que ya por entonces gozaba de gran popularidad. A principios del siglo XX, cuando la producción de esta región pionera no podía satisfacer las demandas nacionales e internacionales, la zona se amplió más allá del territorio entre Florencia y Siena, extendiéndose por las dos provincias homónimas y conservó el nombre de Chianti temporalmente. Esto cambió en 1932, un decreto ministerial distinguiría al Chianti producido en la zona tradicional con el apelativo de Classico, mientras que el término simple de Chianti quedaría para los productores de las zonas ampliadas a posteriori.
En las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado su popularidad sufrió un fuerte revés debido a un descenso en la calidad. El Chianti, no obstante, supo reinventarse y recuperar su prestigio, especialmente desde que, en 1996, la normativa obligó a controlar los rendimientos, hecho que ayudó de manera determinante a dibujar un nuevo perfil del Chianti, más intenso. Hoy, la gran zona del Chianti sigue escondiendo algunos grandes vinos que vale la pena descubrir. Los vinos de las colinas del este de Florencia, por ejemplo, poseen buena acidez y poderosos taninos, así como aromas terrosos y un largo aroma de picotas.
La combinación de un clima prácticamente perfecto con unos suelos de ensueño, bondades que los etruscos que habitaron estas tierras antes del Imperio Romano ya conocían, ha colocado al Chianti entre los vinos más deseados y consumidos del mundo.
Chianti Classico
La del Chianti Classico es la región más tradicional del Chianti. Constituida como zona vinícola en 1716 por el Gran Duque Cossimo III, esta región se localiza a lo largo de los valles entre Florencia y Siena y tiene como emblema el histórico gallo negro que ilustra las etiquetas de sus vinos. En esta región no se permite la elaboración de vinos bajo la denominación de Chianti DOCG y sus productores tienen como objetivo mostrar un estilo de vinos más elegante y estructurado, vinos capaces de competir con la opulencia de los más grandes sangioveses de la comarca.
De hecho, los vinos de sangiovese, con una proporción mínima del 80% o totalmente monovarietales, como son la mayoría, constituyen la espina dorsal de esta denominación, el auténtico elemento común en todos estos terruños tan distintos por la diversidad de climas y suelos, como los encontrados en Castelnuovo Berardenga, Castellina, Radda, Gaiole o Greve.
Siendo los más estructurados, amplios, complejos, tánicos pero también más suaves y sedosos de la región del Chianti en su conjunto, los vinos con denominación Chianti Classico se someten a una crianza mínima de un año, cada vez más prolongada y cada vez más, en madera, y proceden de viñas cuyos rendimientos están limitados a 7,5 t/ha, valor que demuestra su afán de calidad. Concentrados, especiados, ahora a menudo tostados e incluso etéreos, los chainti classico son vinos típicamente frescos y sabrosos en boca, con una persistencia ligeramente amarga, que hace que pidan una guarda de al menos cinco años antes no alcanzan la plena madurez.
Tienen un potencial extraordinario y cuentan con las categorías de Reserva, con un mínimo de dos años de permanencia en bodega, y de Gran Selección, elaborados estos con uvas estrictamente seleccionadas y con un mínimo de treinta meses de crianza.
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