Vino de Cerdeña
Cerdeña es una de la regiones vitivinícolas más fascinantes de Italia. La diversidad de cultivos y de suelos, así como de climas y de bellos paisajes, convierten a esta isla en un patrimonio extraordinario también en materia de vinos. En los últimos años la producción de vinos sardos de calidad ha aumentado significativamente, diversificándose de forma excepcional y ofreciendo, entre tradición e innovación, verdaderas joyas enológicas muy codiciadas.
SassuVini Vermentino di Gallura BiancoSassu 2018
Sella & Mosca Vermentino di Gallura Monteoro 2021
Argiolas Vermentino di Sardegna Costamolino 2023
Santadi Vermentino di Sardegna Villa Solais 2023
Sedilesu Cannonau di Sardegna Mamuthone 2022
ECO
Contini Vernaccia di Oristano Riserva 1997 (0,37 L)
Cerdeña
Cerdeña es una de la regiones vitivinícolas más fascinantes de Italia. La diversidad de cultivos y de suelos, así como de climas y de bellos paisajes, convierten a esta isla en un patrimonio extraordinario también en materia de vinos. En los últimos años la producción de vinos sardos de calidad ha aumentado significativamente, diversificándose de forma excepcional y ofreciendo, entre tradición e innovación, verdaderas joyas enológicas muy codiciadas.
En la parte norte de la isla destacan las subregiones de Gallura y Sassarese, caracterizadas por tener unos suelos ricos en caliza y hierro: una tierra, por consiguiente, propensa a ofrecer granes vinos minerales, como sus excelentes vermentinos, dotados aquí de una profundidad y un sabor únicos, y torbatos, la uva típica más destacable en la bella denominación de Alghero, reconocida por fin entre las más prometedoras de las uvas blancas italianas, con una increíble relación calidad/precio.
La Cerdeña central es la Cerdeña de la cannonau, la gran variedad tinta de la isla. Los vinos de cannonau tienen un carácter mágico y recogen la personalidad de la isla como ninguno, vinos de una garnacha que ha seducido personalidades como Gabriele d'Annunzio, y que se beneficia de los maravillosos terrenos de caliza y arcilla de las provincias de Ogliastra y Nuoro, desde Jerzu a Oliena, la zona más clásica de la denominación para esta variedad, cultivada tradicionalmente en vaso. Son vinos de gran riqueza, precisos a la vez que amables, criados en madera cada vez más, haciéndolos más longevos todavía.
La provincia de Oristano es tierra de grandes vernaccias con aromas licorosos, tradicionalmente criadas bajo velo en flor, y la provincia de Cagliari, al sur, se distingue por unos suelos más simples y poco fértiles, capaces de ofrecer tanto vinos jóvenes accesibles de inmediato, perfectos para el aperitivo, como vinos delicados y seductores elaborados con las variedades blancas nasco, muy interesantes incluso en sus versiones dulces, y nuragus, o, más al norte, los elaborados con la variedad tinta cagnulari.
En Cerdeña hay también otros grandes vinos tintos capaces de satisfacer a los paladares más exigentes: vinos elaborados con la variedad monica, siempre afrutada y amable, y sobre todo con la refinada carignano, más sutil y elegante que la cannonau, una garnacha especialmente destacable en la isla y bien reconocida a nivel internacional. Conocida como cariñena en España, la carignano demuestra la estrecha relación entre la tradición vitivinícola de Cerdeña y de la península ibérica, evidente también en el cultivo de otras uvas compartidas, desde la bobal/bovale a la misma garnacha/cannonau, y dibujando, gracias a la difusión de la vermentino en las regiones de Liguria y de la Toscana, un espléndido arco con toda la viticultura mediterránea, del cual la isla de la insignia de los cuatro moros representa el centro ideal.