Vino de Barolo DOCG

El Barolo es un vino tinto producido en el extremo noroeste de la región italiana del Piamonte, en el Langhe, a partir únicamente de la uva nebbiolo, una variedad de grano pequeño y piel gruesa con un alto contenido en ácidos y taninos. Es una de las primeras uvas en brotar y una de las últimas en ser vendimiadas, a menudo a finales de octubre.

Se dice del Barolo que es como una de esas personas que vale mucho la pena conocer pero que necesitan tiempo para abrirse a los demás. Se trata de un vino rico y corpóreo (mínimo 13% de alcohol), con aromas de rosas, alquitrán y hierbas secas que debe envejecer un mínimo de dos años en roble y uno en botella (3 y 2 respectivamente para considerarse Riserva).

Tan solo 11 pueblos pueden lucir la DOCG Barolo en las etiquetas, entre los que se cuentan algunos tan reputados como Barolo, La Morra, Castiglione Falletto o Serralunga d’Alba. La región suele dividirse en dos, el Valle de Serralunga y el Valle Central. El primero es un territorio de suelos arenosos y caliza que produce vinos intensos que necesitan tiempo en botella, mientras que el segundo tiene altos contenidos en arcilla y produce vinos más suaves y afrutados.

En general, el Barolo es uno de los pocos vinos del mundo que vale la pena guardar durante algún tiempo (incluso más de 20 años), pero también un vino que puede consumirse sin esperar a una gran ocasión. Aromas de pimienta, tabaco, cuero y alquitrán se suman con el tiempo (al menos una década) a los de grosellas negras, violetas y regaliz, convirtiendo al Barolo en un vino que puede ser ideal para una barbacoa de verano o para un arroz con setas en otoño y que, dada su versatilidad, funciona también de maravilla con carnes y quesos curados.