Vino de Valtellina Superiore DOCG

Entre las regiones de viticultura heroica y de montaña de Italia, la Valtellina ocupa sin duda el lugar de honor. La ladera orientada al sur de la parte alta del valle del Adda, puente natural entre los lagos de Lombardía y los Alpes suizos, es extraordinariamente rica en viña, con cepas dispuestas sobre antiguas terrazas construidas a mano ya en el siglo XVI. Aquí, la nieve, las corrientes, unos contrastes de temperatura que van de los 5º a los 35º C, unos veranos templados y, sobre todo, unos terrenos tan vertiginosos como bellos, ricos en arena, arcilla y limo, dan lugar a unos vinos con una estructura, una finura y una longevidad extraordinarias.

En las cinco subzonas de la Valtellina vinícola, todas ellas caracterizadas por una personalidad particular, la nebbiolo, con una variedad que sea probablemente la más antigua de todas, ha encontrado el terruño ideal en el que expresar toda la austeridad de su fuerza y su sorprendente finura, en unos vinos caracterizados por un color típicamente tenue y un profundo perfume de auténtica montaña: son refinados y sedosos los de la subzona Grumello, soleados y ricos los de Inferno, austeros y majestuosos los de Sassella, todos ellos criados durante un mínimo de dos años en grandes barricas (tres, en el caso de los reservas).

Y no hay que olvidar los majestuosos vinos Sforzato, una denominación en sí mismos, elaborados a partir de uvas de nebbiolo pasificadas y vinificadas en seco, responsables de conferir al vino una potencia y una redondez tales que el verdadero amante de estas montañas y de este extraordinario viñedo no puede dejar de apreciar. ¿Con qué combinarlos? Una suculenta cena con productos típicos del valle como la bresaola (lonchas de carne de ternera curada), los pizzoccheri (pasta de color grisáceo) o un estofado de caza son algunas de las mejores propuestas para empezar a disfrutar de estas monumentales joyas de la enología de montaña.