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Vino de Burdeos

En el sudoeste francés yace una región vinícola en la que el vino es una forma de vida, verdadera esencia de su cultura: Burdeos.

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Burdeos

En el sudoeste francés yace una región vinícola en la que el vino es una forma de vida, verdadera esencia de su cultura: Burdeos.

Probablemente en los terruños que en la actualidad producen algunos de los vinos más caros del mundo ya los romanos debieron cultivar las cepas, aunque no fue hasta el s.XII, bajo el dominio inglés cuando los vinos bordeleses empezaron a mirar hacia el exterior.

Hoy, todas las denominaciones (AOC) de personalidades claramente diferenciadas, esparcidas por 115000 ha producen anualmente 800 millones de botellas y más vino AOC que cualquier otra región francesa. Los grandes châteaux, a menudo en manos extranjeras, producen el mayor número de grandes vinos del mundo. Cooperativas (agricultores) y châteaux (fincas individuales dedicadas exclusivamente a la viticultura, no siempre con castillos) conforman una región señorial y elegante, pero también rural.

Los ríos Garona y Dordoña fluyen hacia el NO, llevando sus aguas a combinarse en la Gironda, que las acompañará hasta el Atlántico. Sus cursos dividen la región de forma natural: la zona que queda entre ambos se conoce como Entre-deux-mers (entre dos mares) y produce frescos y ligeros vinos blancos. En la riba izquierda del Garona se encuentra Graves, con sus fabulosos vinos blancos secos y firmes tintos; nacida hace 2000 años, comparte con el Médoc la grava de sus suelos. Château Haut Brion, Domaine de Chevalier o Châteaux Pape-Clement son algunos de sus nombres más ilustres. Las vecinas Sauternes y Barsac, producen históricos vinos dulces nacidos de la niebla, como por arte de magia; las uvas de sauvignon blanc y sémillon son las grandes protagonistas en ambos casos.

Siguiendo el curso del río, al norte de la ciudad de Burdeos, encontraremos el Médoc, la zona más reputada en la elaboración de tintos bordeleses y feudo de la uva cabernet sauvignon; las AOC más prestigiosas como Pauillac, Margaux o Saint-Estèphe se encuentran aquí. Los vinos de productores como Latour o Mouton-Rothschild adornan los sueños de muchos aficionados al vino con sus colores oscuros, su buen cuerpo y sus intensos sabores. En la rive droite (riba derecha) del Dordoña nos adentramos en territorio merlot; St. Émilion, con vinos tan afamados como los de Château Angélus, comparte este lado del río con el Pomerol y su idolatrado Château Petrus, mientras que otras denominaciones menos populares como Côtes de Bourg o Canon-Fronsac ofrecen tintos fantásticos a precios más contenidos. En general, los vinos de la riba derecha son más redondos y amables, más afrutados y menos recios que sus vecinos del Médoc.

La palabra Bordeaux queda reservada para los vinos genéricos, aquellos elaborados con uvas de cualquier parte de la región; así, es posible encontrar AOC Bordeaux, AOC Cremant de Bordeaux (espumosos) o AOC Bordeaux Rosé; la denominación AOC Bordeaux Supérieur se reserva para vinos de mayor contenido alcohólico.

El clima es otro factor determinante en los vinos de Burdeos. El fuerte carácter atlántico trae consigo riesgos meteorológicos como granizos, heladas o lluvias a destiempo, por lo que las diferencias en el perfil de los vinos pueden ser notorias de un año a otro, derivando en precios dispares. Las grandes añadas pueden envejecer durante décadas, aunque la tendencia parece ser producir vinos asequibles desde una edad más temprana.

Los Grands Crus son los mejores pagos, las fincas que anualmente ofrecen los vinos más aclamados. Su historia y su calidad justifican sus elevados precios como certificaba ya la clasificación de 1855. En dicho año, a petición de Napoleón III y coincidiendo con la Exposición Universal de París, los vinos del Médoc por un lado y Sauternes y Barsac por otro se clasificaron en función de sus precios y de su reputación durante el siglo anterior; los comerciantes de vino de la región ya habían utilizado durante décadas términos como premier cru o deuxième cru para referirse a los vinos. Los distintos châteaux de Médoc se ordenaron de manera jerárquica de primera a quinta finca (de premier a cinquième cru) en una clasificación histórica que ha registrado un único movimiento desde entonces, la promoción en 1973 de Cháteau Mouton-Rothschild de deuxième a premier cru y que recoge un único vino tinto fuera del Médoc, el Château Haut-Brion de Graves. Château d'Yquem fue la única bodega de Sauternes clasificada como Premier Cru Supérieur, la máxima categoría en la clasificación de vinos dulces. Desde entonces, muchas cosas han cambiado (châteuax vendidos, divididos …), pero la clasificación no ha recibido ninguna otra corrección, demostrando, en parte, que la división original fue bastante acertada; sin embargo, existen productores como Château Lynch-Bages, Château Palmer o Château Grand-Puy-Lacoste que muchos especialistas consideran merecedores de una posición más elevada en la clasificación.

El resto del viñedo de Burdeos se rige por clasificaciones más recientes como la de Cru Bourgeois que data de 2003 y recoge los grandes vinos del Médoc que fueron excluidos de la clasificación clásica, la de Grave (1953) o la de Saint-Émilion (1955) que se revisa cada 10 años y tiene sólo dos categorías: premier grand cru classé y grand cru classé. De entre los 18 châteaux considerados como premier grand cru classé en la revisión de 2012, Château Ausone, Château Cheval Blanc, Château Angélus y Château Pavie se consideran superiores al resto por lo cual se añade una A mayúscula a su apelativo.

Tintos de taninos firmes o aterciopelados, mágicos vinos dulces o blancos con carácter capaces de envejecer con elegancia, Burdeos reúne, sin duda, algunos de los vinos más personales y deseados del planeta vitivinícola.