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Vino de Costers del Segre

El carácter interior, alejado del mar, ha hecho que durante siglos el área estuviera alejada de las vías de comercialización, obteniendo unos vinos con elementos propios y característicos.

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Costers del Segre

El carácter interior, alejado del mar, ha hecho que durante siglos el área estuviera alejada de las vías de comercialización, obteniendo unos vinos con elementos propios y característicos.

Innovaciones en las variedades de uva y en los métodos de producción tuvieron su origen en Costers del Segre. Fue, por ejemplo, el primer lugar de Catalunya donde se introdujeron las variedades cabernet sauvignon, merlot y chardonnay, junto a las variedades autóctonas, y se adoptaron las técnicas californianas de vinificación.

Durante el año 1983: Jaume Siurana, director del Incavi (Instituto Catalán de la Viña y el Vino), y Manuel Raventós Artes, director general de Codorniu y de la Bodega de Raimat, consideraron que la excelente calidad y la tradición vitivinícola de las comarcas leridanas necesitaban ser gestionadas por un consejo regulador que, al mismo tiempo, liderara la promoción de la región aprovechando el gran éxito manifiesto de los vinos de Raimat. Así se fue dando forma a la futura Denominación de Origen que fue constituida y ratificada entre los años 1986 y 1988. Posteriormente, en el año 1998, se ampliaron las subzonas iniciales, sumándoles dos más: el Pallars Jussà y el Segrià.

SITUACIÓN

La DO Costers del Segre está situada en la provincia de Lleida, en la zona oeste de Catalunya. Con la aragonesa DO Somontano al oeste y las catalanas DO Conca de Barberà y DO Montsant, al sur. En sus tierras se cultivan unas 4.000 ha de viñedos. Actualmente, el ámbito geográfico queda definido con siete subzonas: Artesa de Segre, Urgell, Garrigues, Pallars Jussà, Raimat, Segrià y Valls del Riu Corb.

VIÑEDOS (SUELO Y CLIMA)

El área de la denominación es diverso con características geológicas y climáticas invertidas. Los nexos de unión son la cuenca media del río Segre, entre el Pirineo y el Ebro, y el clima interior y seco, alejado de la influencia marítima y marcado por una insolación elevada, una pluviosidad escasa y la persistente humedad de las nieblas de invierno. El diferencial térmico puede ser muy importante, tanto entre estaciones como entre el día y la noche, especialmente durante la época de maduración de la uva, hecho que se traduce en una buena acidez, un elevado nivel de polifenoles y que ayuda a producir vinos muy aromáticos y estructurados. Los inviernos son fríos y los veranos calurosos. La media de precipitaciones es baja, de unos 385 mm/año en las cercanías de Lleida y de 450 en el resto de zonas. La insolación media es de 2.800 horas.

A nivel de microclima los siete paisajes de la DO presentan características particulares condicionadas por la orografía diferenciada y la altura de las viñas, entre otros. Esto dota de personalidad propia a cada uno, a la vez que permite la convivencia armoniosa de todos ellos.

Las viñas están situadas entre los 200 y los 1.100 m de altitud y cuatro de las siete subzonas se consideran viticultura de montaña. El suelo es calcáreo y / o arcilloso, cubierto parcialmente de arena y pobre en materia orgánica, con una gran uniformidad en toda la denominación. Las subzonas de Artesa y del Pallars son las más septentrionales, con las viñas de mayor altitud e influencia pirenaica. Raimat, en el extremo oriental, tiene un relieve suave y clima continental. La subzona del Segrià, es característica de tierras de secano; Garrigues y Valls del Riu Corb son tierras áridas.

UVAS

La llegada de la filoxera a Cataluña tuvo lugar en el año 1879, aunque a la provincia de Lleida no llegó hasta 1895 (en 1893 se empezaron a encontrar indicios del insecto) y en 1901 ya se había extendido notablemente. Después de la filoxera, el cultivo de la viña disminuyó mucho. De esta forma, en 1909 la superficie plantada con viña americana (resistente a la filoxera) lograba en la provincia de Lleida 15.161 hectáreas, de las cuales 13.343 eran replantación de tierras que habían sufrido la filoxera y 1.818 eran tierras que antes no se habían dedicado al cultivo de la viña. Las 102.920 hectáreas no reconstituidas, se dedicaron mayoritariamente al cultivo de olivos.

En ese delicado momento fue cuando se importaron las variedades francesas, como el cabernet sauvignon. En la actualidad, la DO Costers del Segre permite el cultivo de 16 variedades blancas y 13 tintas, tanto de algunas consideradas autóctonas (macabeu, garnacha …) como de otras venidas de otras regiones o países (chardonnay, riesling, syrah, merlot …).

- variedades blancas recomendadas: macabeo, xarel·lo, parellada, chardonnay, garnacha blanca, riesling, sauvignon blanc, moscatel de Alejandría, malvasía y gewürztraminer.

- variedades blancas autorizadas: albariño, chenin blanc, godello, moscatel de grano pequeño, verdejo y viognier

- variedades tintas recomendadas: garnacha tinta, tempranillo, cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, monastrell, trepat, mazuelo, pinot noir y syrah.

- variedades tintas autorizadas: garnacha tintorera, malbec y petit verdot.

VINOS

De las 36 bodegas que forman la DO Costers del Segre se obtienen anualmente unas 250 referencias distintas que abarcan prácticamente todos los tipos de vinos imaginables: blancos, rosados, tintos, espumosos, dulces y de licor.

Los aromas primarios quedan impregnados de toques afrutados en aquellos vinos blancos que se producen en las subzonas con relieves suaves, y de aromas florales en los que se elaboran en las subzonas de mayor altitud. Por su parte, en los vinos tintos el carácter de los factores naturales se manifiesta en el grado alcohólico, los perfumes y los sabores. Los vinos calificados por la Denominación de Origen Costers del Segre podrán utilizarse también como vinos base para la elaboración de vinos espumosos de calidad. Estos se elaboran según el método tradicional con segunda fermentación en la botella con una duración mínima de 9 meses de envejecimiento, a contar desde la fecha de tiraje hasta el degüelle.

De entre la gama de variedades blancas, las predominantes son las tradicionales macabeo y parellada, que producen vinos de perfil clásico, ligeros y afrutados. También, la buena aclimatación del chardonnay en la región ha permitido la elaboración de vinos de características muy actuales: vinos jóvenes y vinos fermentados en barrica de roble que presentan una mayor estructura y añaden complejidad a su carácter varietal.

De la carta de variedades tintas, las más implantadas son la tradicional ull de llebre (tempranillo) y el cabernet sauvignon, que son trabajadas junto con otras variedades destacadas como el merlot, el syrah, el pinot noir, la garnacha o el trepat. Las principales características de los vinos tintos de la DO Costers del Segre son los potentes aromas y el sabor equilibrado. Al mismo tiempo ofrecen también una buena expresión tánica y en boca resultan sabrosos, anchos y estructurados

Para poder utilizar el término crianza, el proceso de envejecimiento será de veinticuatro meses. Para los vinos tintos este proceso tendrá una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses. Para los vinos blancos y rosados la duración de este proceso no será inferior a dieciocho meses, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses.

Para poder hacer constar el término reserva, el proceso de envejecimiento será el siguiente: para los vinos tintos la duración de este proceso no será inferior a los treinta y seis meses, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de doce meses y un envejecimiento en botella de veinticuatro meses. Para los vinos blancos y rosados la duración de este proceso no será inferior a veinticuatro meses, como mínimo, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses y un envejecimiento en botella de dieciocho meses.

Para la utilización del término gran reserva, el proceso de envejecimiento será el siguiente: para los vinos tintos será necesaria una permanencia mínima en bota de madera de roble de veinticuatro meses y un envejecimiento en botella de treinta y seis meses, como mínimo. Para los vinos blancos y rosados la duración de este proceso será, por lo menos, de cuarenta y ocho meses, con un envejecimiento en madera de roble, como mínimo, de seis meses y un envejecimiento en botella de cuarenta y dos meses.