Vinos con alma, vinos solidarios
Una selección de vinos que además de complacer el paladar ayudan a hacer del mundo un lugar mejor
Vinos solidarios: más que vinos
El mundo del vino no es ajeno a las dificultades que atraviesan tanto personas como animales en nuestro planeta. Lejos de ello, tiende a generar iniciativas que buscan ayudar a quienes más lo necesitan y suman su granito de arena para que la vida de muchas personas y animales sea mejor. Son cada vez más las bodegas que destinan todos o parte de los beneficios de las ventas de uno de sus productos a una determinada causa social o ecológica, con lo que, comprándolos, además de beber buen vino, estaremos ayudando a hacer del mundo un lugar un poco mejor para todos.
El Microscopi, de la Bodega Alemany i Corrió, en el Penedès, es un vino tinto que nació con la finalidad de recaudar fondos para la adquisición de microscopios para el Instituto Oncológico del Hospital Universitari Vall d'Hebrón de Barcelona.
El Veïnat, tinto elaborado en la DO Montsant por Viñedos Singulares, nació como un homenaje a todas las personas del vecindario (veïnat) que de un modo u otro habían ayudado a que este vino fuese posible. Además, la versión Magnum de la añada 2018 destina un 1€ por botella a la asociación Amics de la Gent Gran encargada de acompañar a la gente mayor que vive sola.
Gallinas y Focas nació en Mallorca, de la mano de Amadip Esment (una organización que trabaja en favor de personas con discapacidad intelectual) y la Bodega 4 Kilos. Tanto el nombre del vino, como el diseño de su etiqueta son fruto del trabajo de los beneficiarios de la asociación.
Ratpenat y Volaina son dos bonitas iniciativas de Celler Credo que, en este caso, no repercuten directamente sobre las personas, sino sobre el medio ambiente. Ratpenat busca investigar y divulgar la importancia del murciélago en el ecosistema, mientras que Volaina apoya una iniciativa parecida con otro bello animal, las mariposas.
La Cooperativa l'Olivera, en Lleida, demuestra con su proyecto que es posible la integración y promoción social de aquellos que padecen alguna discapacidad psíquica o enfermedad mental y lo hace incorporándolos a su plantilla y dotándolos de responsabilidades laborales como a cualquier otra persona.
La bodega La Vinyeta, con sede en el Empordà, colabora con sus "monos" (dos vinos llamados Mono Blanc y Mono Negre) con la Fundació Mona, que se dedica a la recuperación de primates. Anualmente, dos de estos animales aportan su imagen y su nombre a los vinos.
El María de Remírez de Ganuza es el vino top de la bodega de Samaniego, en Rioja. Se elaboró por primera vez en la añada 2003, como homenaje a la hija fallecida de Fernando Remírez de Ganuza. Desde la primera cosecha, el importe íntegro de las ventas ha sido destinado a distintos fines benéficos, en el caso de las dos primeras cosechas a la Asociación Española Contra el Cáncer y en posteriores ocasiones a la Fundación Síndrome de Down.
Y, para acabar con esta selección de vinos con alma solidaria, debemos fijarnos en el Clon de la Familia, de Bodegas Emilio Moro, que ha permitido el acceso de agua potable a las zonas con mayor carestía y ha promovido diferentes actividades para la formación e integración de jóvenes en riesgo de exclusión social.