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Vinos Biodinámicos

Los vinos biodinámicos son vinos ecológicos que van más allá: el término biodinámica proviene del griego bios (vida) y dynamis (fuerza), lo que significa que este método trabaja de acuerdo con las energías de la vida y busca una relación harmónica entre el hombre y la tierra, procurando asegurar la salud del suelo, las plantas y otros organismos que se encuentran en ellos.

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¿Qué es la biodinámica?

La biodinámica considera al viñedo como un ser vivo que forma parte de un entorno donde debe desarrollarse y, por tanto, crear también sus propias defensas para hacer frente a plagas y enfermedades. Esto se consigue estimulando la tierra con ciertos preparados, trabajándola con animales o siguiendo el calendario lunar para ciertas tareas como la poda, el arado, etc.

La agricultura biodinámica no es una práctica esotérica o marginal, ni hay nada de nuevo en ella: desde que el hombre cultivó la tierra por primera vez, hemos echado mano de compuestos naturales para facilitar el desarrollo de las plantas que nos sustentan y hemos observado el cielo para tomar en cuenta los astros que influencian la realización de los trabajos agrícolas. Este tipo de agricultura requiere dedicación plena y creer firmemente en ella, ya que supone mayores desafíos y una filosofía de trabajo completa. Pero también se convierte en un proceso muy gratificante que permite obtener todas las influencias y matices del paisaje donde nació el vino. En definitiva, se trata de apreciar lo que la tierra nos da y procurar que el ciclo continúe en harmonía.


El origen de la agricultura biodinámica

La agricultura biodinámica se popularizó gracias a los trabajos de Rudolf Steiner, un erudito austríaco que formuló los principios de la Antroposofía. Los preceptos de esta filosofía, que combinan conceptos de biología, medicina y astrología defienden que el microcosmos tiene que estar en sintonía con el macrocosmos.

Según Steiner, la agresiva manera en la que se habían tratado los suelos de cultivo hasta entonces había hecho tanto daño que los había desconectado del resto del ecosistema, del resto del cosmos. Todas las reflexiones y trabajos que Steiner propuso iban dirigidos a revitalizar el suelo y dotarlo de autodefensas que permitiesen eliminar los productos de síntesis. Pronto sus preparados biodinámicos, mezclas de ingredientes de origen mineral, vegetal y animal, se popularizaron y permitieron que los microorganismos beneficiosos se multiplicasen en las tierras de cultivo, entre las cuales se contaba, por supuesto, el viñedo.

Las bases de la Biodinámica

La biodinámica se sustenta sobre tres pilares: El compost, las infusiones de hierbas y el calendario lunar-solar. Aunque también se siguen otras prácticas que van ligadas a esta filosofía: vendimia manual, selección de la uva, levaduras autóctonas, añadido de sulfuroso, recipientes, etc.

El principio es que hay que darle a la tierra la materia orgánica que necesita a través del humus, por lo que hay que preparar la tierra para recibirlo. Cubiertas vegetales entre cepas, microarados (a poder ser con animales de pasto) flora y fauna autóctona… un buen compost y los preparados que harán que aumenten las defensas de la tierra contra los posibles ataques de hongos y enfermedades.

Generalmente estos preparados y sus ingredientes fermentan dentro de algunos órganos animales y enterrados en la tierra porque está demostrado que las substancias beneficiosas se multiplican de forma muy superior que si estuvieran fermentando en cualquier otro recipiente cerrado. El preparado más conocido es el preparado 500: boñiga fresca de vaca.

El calendario lunar-solar

La luna y el sol siempre han tenido una gran importancia como medios para determinar la época de siembra, la cosecha y la realización de otros trabajos agrícolas como la poda, trasplantes, la aplicación de los preparados, etc.

La tierra forma parte de un sistema solar compuesto por distintos elementos que ejercen una influencia sobre ella, por lo tanto todos los procesos vitales del reino natural, del mundo vegetal, del animal y del hombre se desarrollan en estrecha relación con los ritmos celestes. Según la agricultura biodinámica, el sol, la luna, las estrellas y las doce regiones del zodiaco transmiten su energía a través de los cuatro elementos básicos: tierra, agua, luz y calor.

La atracción lunar establece un ritmo de presión y depresión sobre el agua contenida en la savia de los vegetales y marca en gran medida el rendimiento de estos. Estas fuerzas activan de forma distinta y en distintos periodos, según la posición de la luna, los cuatro órganos de la planta: raíz, hoja, flor y fruto.

Es por eso que el trabajo en el viñedo biodinámico se debe hacer observando la situación de la luna, la órbita de la tierra y el sol.

Vino con certificación Demeter

La etiqueta Demeter reconoce una serie de prácticas agrarias biodinámicas específicas dentro del cultivo ecológico, haciendo especial énfasis en la interrelación entre el suelo, las plantas y los animales, buscando crear un sistema en equilibrio en el que haya una simbiosis perfecta entre plantas y animales.

Para obtener la etiqueta Demeter, los trabajos tanto en el campo como en bodega se deben regir por el calendario lunar anteriormente mencionado y, en bodega, se limita de manera contundente el uso de sulfuroso.

El certificado es otorgado por la organización privada Demeter y garantiza el cumplimiento de todas estas prácticas.