Guía básica de introducción al vino italiano
Italia es un gran país de vinos. Es la cuna de los admirados vinos de Barolo y de la Toscana, la tierra del lambrusco, del prosecco y de mucho más. ¡Casi 600 denominaciones de origen! Conozcan con cuáles empezar.
Italia es uno de los principales productores de vino del mundo. Embotella más de 50 millones de hectolitros cada año, 20 de los cuales se destinan a exportación. Su producción comprende un 58% de vinos blancos (incluidos los espumosos) y un 42% entre tintos y rosados.
Cuenta con más de 540 variedades distintas, entre autóctonas e internacionales, y se cultiva viñedo por todo el país. Sus vinos están organizados en 78 DOCG (denominaciones de origen controlado y garantizado), 331 DOC (denominaciones de origen controlado) y 180 IGT (indicaciones geográficas típicas). Algunas denominaciones contemplan un nivel de producción más selecto: etiqueta superiore cuando las uvas son de mejor calidad y apelativo classico para las zonas con una mayor tradición histórica. Y otras definen cuáles son los pagos de mayor calidad en su zona, como es el caso de Barolo y Soave.
Piamonte, tierra de nebbiolos y barberas
En el Piamonte, las suaves colinas de las Langhe se han convertido en la cuna natural de la nebbiolo, una uva tinta capaz de ofrecer unos vinos tan elegantes como longevos, a la vez que rústicos, con un tanino firme y un asombroso frescor. Criada pausadamente en barricas y toneles de gran tamaño, la nebbiolo da lugar a los elegantes y refinados vinos de Barolo y Barbaresco, los reyes del Piamonte. No es fácil elegir solo uno, pero para poner un par de ejemplos, les proponemos el Barolo Albe de G.D. Vajra, un barolo tradicional, austero y majestuoso, y el vino de entrada de la cooperativa piamontesa más famosa: Produttori del Barbaresco Barbaresco. Si los buscamos más sutiles, nuestra denominación será Gattinara, al pie de los Alpes, vinos de montaña, producidos en suelos volcánicos; entre los más emblemáticos, los nebbiolos de Travaglini, con sus características botellas-decantadores.
La barbera es otra variedad autóctona muy apreciada por su gran versatilidad en la mesa y distinguida por su gran nobleza. Ofrece unos vinos de gran acidez pero envolventes, completos, agradables y perfectos para maridar con un amplia variedad de platos. Entre las numerosas denominaciones, la maravillosa Barbera d'Asti sería la más destacable: que no falten en su bodega algunas botellas de la barbera ecológica Mon Ross de Forteto della Luja, un verdadero oasis de biodiversidad.
Toscana, sangiovese y cabernets italianos
En la Toscana la variedad reina es la sangiovese, a la que gustan los suelos margosos y calcáreos que caracterizan la zona clásica de esta región. Los vinos toscanos tienen una gran estructura, son tánicos, frescos y muy longevos, y están acogidos a las denominaciones de categoría DOCG tan famosas como Chianti y Chianti Classico, Vino Nobile di Montepulciano y, más al sur, Brunello di Montalcino. Es una uva que consigue expresar todo su carácter tanto en vinos jóvenes, directos y enérgicos, como en vinos de crianza, más potentes, elegantes y longevos. El Fèlsina Chianti Classico es un vino imprescindible para diario y el gran clásico a tener siempre a mano para las grandes celebraciones, Il Poggione Brunello di Montalcino, un gran éxito de ventas en nuestro portal.
Otra de las denominaciones toscanas más reputadas es Bolgheri, situada en la Maremma, frente al mar Tirreno, con un clima más suave y suelos muy variados, convertida en la cuna de las variedades internacionales. Aquí se encuentran los mejores ejemplos de cabernet sauvignon, cabernet franc y merlot de Italia, con nombres tan míticos como Ornellaia, Grattamacco, Guado al Tasso y el gran Sassicaia, el cabernet italiano por excelencia, un vino con denominación propia: Bolgheri Sassicaia.
A su lado, existe un grupo de vinos toscanos elaborados también con uvas francesas pero no acogidos a ninguna denominación concreta. Son los llamados supertoscanos, como Tignanello, de Marchesi Antinori, el productor más famoso en la Toscana, y Masseto, un majestuoso vino al alcance solo de unos pocos.
Ripassos, amarones y otros tintos de la Valpolicella
El Véneto es otra tierra de tintos extraordinarios. En la Valpolicella encontramos varios tipos de vino. Los acogidos a la DOC Valpolicella son básicamente vinos jóvenes y crujientes, elaborados sobre todo a base de corvina veronese. A su lado, los amarones, unos vinos tan sedosos como robustos, se obtienen de vinificar en seco uvas pasificadas de acuerdo con la tradición del Amarone de la Valpolicella (una DOCG). Y entre unos y otros, los ripassos, vinos de la Valpolicella que han permanecido durante un tiempo en contacto con las mismas pieles que antes han sido utilizadas en la maceración de un amarone; los ripassos son vinos que aúnan el frescor de los primeros con el tacto de terciopelo de los segundos: son los vinos acogidos a la DOC Valpolicella Ripasso.
Prueben algunos de estos vinos y verán cómo se enamoran directamente de ellos: por precio, es imbatible el Valpolicella Classico de Degani, un vino muy fragante ¡que deberían comprarse por cajas! Por su estilo, elegancia y opulencia, es imprescindible añadir también el Costasera Amarone Classico de Masi. Y otro clásico de toda la vida, imprescindible ante cualquier ocasión: el Ripassa de la cantina Zenato, un valpolicella ripasso de categoría superior.
Variedades autóctonas del centro y sur del país
Italia es inmensamente rica en variedades autóctonas. En la región de los Abruzos destaca especialmente la montepulciano, una uva que se encuentra vinificada mayoritariamente en vinos monovarietales y dando lugar a unos tintos con una gran estructura y tanicidad. Y la región de Campania es famosa por sus tintos de aglianico, unos vinos tremendamente complejos y con una extraordinaria capacidad de guarda, conocidos como los "barolos del sur". Hay que probarlos para creerlo. Comparen una botella del Montepulciano d'Abruzzo de la gama Tralcetto de Zaccagnini con otra de L'Atto, el aglianico más inesperado de Cantine del Notaio.
La región de Apulia ocupa el territorio conocido como el tacón de Italia. Es la patria de los tintos amables y redondos de uva primitivo. Esta variedad alberga una gran concentración de azúcares y ofrece tanto tintos asombrosos com unos excelentes dulces naturales. Entre los vinos más apreciados y representativos de Apulia, el vivaz y apetitoso Maccone Primitivo de Angiuli y el completo, amable y elegante Primitivo di Manduria Sessantanni de la bodega San Marzano.
Finalmente, en Sicilia nos enfrentamos a la sorprendente dicotomía de la isla: los afrutados vinos de cuerpo medio elaborados a base de nero d'Avola, por un lado, y los sutiles y elegantes tintos del Etna obtenidos de uvas de nerello mascalese y nerello cappuccio. Entre unos y otros, algunos interesantes monovarietales de cabernet sauvignon y syrah, los delicados vinos de frappato y los de la única DOCG de la isla, Cerasuolo di Vittoria, siempre mezcla de frappato y nero d'Avola. Dos etiquetas indispensables para empezar: el Nero d'Avola de Colosi y el Etna Rosso de Planeta, y dos productores a tener siempre en cuenta: Arianna Occhipinti y Azienda Agricola COS.
Rosados
Los rosados en Italia se concentran en tres zonas principalmente. En el norte, los rosados del Garda, conocidos con el nombre de chiaretti, 'claretes', por su ligereza y poco color, rosados de estilo provenzal; la denominación de Valtènesi es una de las principales. En el centro del país, los rosados elaborados con uvas de montepulciano, unos rosados con cuerpo de tinto acogidos a la denominación de Cerasuolo d'Abruzzo. Y en el sur, los rosados de la península de Salento: vinos amplios y envolventes, con gran estructura, elaborados principalmente con uvas de negroamaro. Si los prefieren delicados, disfrutarán con el RosaMara de Costaripa. Para un clásico de Salento, el Five Roses Anniversario de Leone de Castris.
Vino blancos
Como ocurre con los tintos, Italia ofrece también una amplia variedad de blancos, repartidos por todo el país. Blancos de mar y de alta montaña, blancos de suelos volcánicos o procedentes de cepas cultivadas en viticultra heroica, ecológicos, naturales, orange wines.
Las variedades cortese, arneis y timorasso en el norte
En el Piamonte los blancos más apreciados son los elaborados con las variedades cortese (en la denominación de Gavi), arneis y timoraso. Prueben un día el Roero Arneis de Vietti y verán cómo repiten en sus próximos pedidos.
La denominación de Soave da grandes blancos a base de uvas de garganega procedentes de viñedos cultivados cerca de la ciudad de Verona sobre terrenos de origen volcánico. Vinos sutiles, minerales y muy sabrosos, frescos y con capacidad de guarda. A su lado, muy recomendables los vinos de la denominación del lago de Garda por excelencia: Lugana. Vinos tersos, muy sabrosos y longevos, probablemente de los blancos más apreciados por los tantísimos turistas que año tras año difrutan de sus vacaciones en esta zona. Soave y Lugana son siempre una buena pareja a presentar en la mesa, dos vinos que más que competir, se complementan; unos y otros son perfectos para beber de inmediato, aunque cuentan con un increíble potencial de guarda también. Dos propuestas a tener siempre a mano: el Soave Classico de Pieropan y el Lugana I Frati de Cà dei Frati.
También sauvignon blanc, pinot grigio, friulano y ribolla
El Friul es la otra zona típica de blancos en el norte de Italia. Aquí encontramos vinos elaborados tanto con uvas internacionales como la sauvignon blanc o la pinot gris (pinot grigio en italiano) como locales: friulano y ribolla son las principales. Tres bodegas que han marcado la historia del blanco italiano son Livio Felluga, Jermann y Vie di Romans. Cualquiera de sus vinos son siempre una elección acertada. Como también alguna botella del Radikon Jakot para disfrutar de la originalidad de los orange wines y conocer la denominación del Collio, en la frontera con Eslovenia.
Y las variedades blancas más aromáticas
En la región de Trentino Alto Adigio, el Tirol del Sur concentra el cultivo de las uvas más aromáticas, tanto autóctonas como internacionales, como la gewürztraminer, la riesling, el moscatel amarillo y la pinot blanc: vinos frescos y jóvenes, muy apreciados tanto en Italia como fuera de sus fronteras. Las bodegas de referencia aquí son Tramin, Terlano y San Michele Appiano, de quienes no pueden dejar de probar tampoco alguno de sus tintos de pinot noir (pinot nero); el Trentino Alto Adigio es la región italiana ideal para el cultivo de esta uva de origen francés.
Verdicchio, la gran uva blanca de las Marcas
A medida que descendemos hacia el sur, los blancos se vuelven más ricos en estructura y carácter, dejando paso a grandes y elegantes vinos. Los verdicchios de la región de las Marcas, por ejemplo, son unos vinos frescos de sabor intenso, muy aptos para la crianza en madera. En nuestra tienda encontrarán algunos de los más tersos, frescos y minerales, como el Verdicchio di Matelica de Collestefano, al lado de otros más opulentos, complejos y envolventes como el mítico Verdicchio di Jesi Riserva de Villa Bucci.
Blancos de vermentino, entre la Toscana y Cerdeña
La uva blanca italiana más representativa del arco tirreno es la vermentino, perfectamente conocida por todos aquellos que pasan el verano en las costas de Liguria, Toscana o Cerdeña. Sus vinos son frescos y fragantes, algunos muy polifacéticos y minerales, de gran sabor. Añadan a su carrito algunos de nuestros top ventas de vermentino y verán cómo el romance perdura durante todo el año: el Cala Reale de Sella & Mosca (Cerdeña), el Etichetta Nera de Lunae (Liguria) y el Bolgheri Vermentino de la Tenuta Guado al Tasso (Toscana).
Fiano, greco y falanghina, las variedades del sur
Los mejores blancos del sur de Italia son sin lugar a dudas los de la DOCG Fiano di Avellino, de uvas de fiano cultivadas a altitudes de hasta 700 metros, con sus característicos aromas de hidrocarburos y pedernal. No deberían perderse un gran vino como el Pietracalda de Feudi di San Gregorio, una relación calidad-precio como pocas.
No dejen de probar tampoco algún que otro vino de greco, vinos frescos y afrutados, así como algún blanco de falanghina. Para conocer estas dos uvas, autóctonas de la Campania como la fiano, les proponemos dos vinos tan sencillos como indispensables, que les llevarán el sol y los perfumes del sur de Italia a sus copas: el Greco di Tufo Cutizzi de Feudi di San Gregorio y el Falanghina del Sannio Taburno de Fontanavecchia.
Grillo, catarratto, inzolia y carricante: blancas sicilianas
Finalmente, en Sicilia, igual que ocurre con los tintos, los blancos son mayoritariamente fragantes y afrutados, como los de grillo, catarratto e inzolia. Otros son más ácidos, con más sabor y minerales, como los blancos del Etna, elaborados con uvas de carricante. En nuestra tienda los encontrarán de todos los tipos, asegúrense de añadir a su carrito apuestas tan seguras como alguna botella del Anthilia de Donnafugata o del Etna Bianco de Planeta.
Espumosos y frizzantes
Espumosos clásicos y proseccos
El norte de Italia es la gran productora de vinos espumosos. Las denominaciones de Franciacorta (Lombardía), Prosecco (Véneto) y Asti (Piamonte) son los grandes nombres en la elaboración de blancos espumosos del país. En Franciacorta se elabora según el método clásico (como los cavas y champagnes), al igual que en Trento, Oltrepò Pavese y Alta Langa. En Asti y para la elaboración del prosecco, en cambio, se utiliza el método Charmat o Martinotti, es decir, realizando la segunda fermentación en tanques autoclave. La calidad del viñedo influye en gran medida en el producto final, como puede observarse con los excepcionales proseccos de las colinas de Treviso, en la denominación de Conegliano-Valdobbiadene.
¿Clásico o Charmat? Es difícil comparar un espumoso tradicional con otro elaborado en tanque, pero a grandes rasgos podría decirse que los primeros suelen ser más maduros y complejos, los segundos más afrutados y minerales. Elijan en sus compras el Alma Gran Cuvée Brut de Bellavista y compárenlo con el Prosecco Brut de la gama Bel Star de Bisol. Y para las ocasiones más selectas, no renuncien jamás a autoregalarse alguno de los grandes espumosos de Ferrari, la mítica bodega de Trento (Trentino - Alto Adigio).
Lambruscos
La región de Emilia Romaña es la tierra de los lambruscos, en todas sus versiones. Los hay secos, abocados, tintos y rosados, siempre tan agradablemente rústicos y honestos. También de denominaciones específicas distintas: siendo Lambrusco di Sorbara, Lambrusco Salamino y Lambrusco Grasparossa las tres más importantes, las tres en la provincia de Módena. ¿Buscan un tinto frizzante de gran calidad por poco dinero? El Otello Nerodilambrusco de Ceci es su vino.
Dulces y licorosos
Los vinos dulces italianos pueden ser blancos o tintos, e incluso con fina burbuja. Y podemos encontrarlos a lo largo de todo el territorio, de norte a sur. No se puede dar por conocido el panorama vitícola italiano sin probar algunos de sus extraordinarios vinos dulces, especialmente sus passitos, vinos dulces naturales, sin alcohol añadido, en toda su diversidad: reciotos en el Véneto, passitos de Pantelleria elaborados con uva zibibbo en Sicilia, dulces de uva albana en la Emilia Romaña y, por supuesto, los más famosos: los vinos santos, producidos principalmente en la Toscana y con las variedades trebbiano y malvasía. Para la elaboración del vin santo las uvas se dejan pasificar durante largos meses y el vino se cría en pequeñísimas barricas de madera en contacto con el oxígeno. Algunos incluso se elaboran con uvas de cosecha tardía afectadas por podredumbre noble, como el célebre Muffato della Sala de Antinori.
Todo amante del vino italiano debe conocer el exquisito Ben Ryé, el passito de Pantelleria de Donnafugata, disponible en botella tradicional y en media botella. Y entre los tintos dulces, sería imperdonable no hablar de los brachettos (Piamonte) y los sangue di Giuda en el Oltrepò Pavese (Lombardía).
Los moscatos d'Asti son el vino dulce navideño por excelencia en Italia. No confundirlos con los espumosos de Asti antes mencionados. Los moscatos de Asti tienen una fina burbuja pero no se consideran propiamente espumosos sino vinos dulces de aguja o frizzantes, vinos frescos y fragantes de uvas de moscatel blanco, moscato bianco en italiano. Nuestro top ventas desde hace años es el Ceretto Moscato d'Asti: enamora con su frescor y equilibrio, y es ideal tanto en Navidades como para tomar como aperitivo en cualquier momento a lo largo del año.
Por último, los vinos de Marsala se cuentan entre los vinos licorosos más famosos del mundo. Se elaboran en Sicilia, mayoritariamente con uvas de grillo y pueden ser secos, semisecos o dulces. Son vinos de categoría, vinos de gran finura en cualquier versión, del nivel de un oporto o jerez. ¡Atrévanse a probarlos juntos! Apuesten por un Terre Arse, de la bodega Florio, y verán cómo no se lo pone nada fácil a sus contrincantes.