Loosen Bros

Ernst Loosen nació en el seno de una familia germana de gran tradición vitivinícola, no en vano, la bodega de Dr. Loosen en el río Mosela ha pertenecido a su familia durante más de 200 años. Contrariamente a lo que pudiera parecer más natural, el joven Ernst estaba más interesado en las ruinas romanas de la región que en los viñedos, así que decidió estudiar arqueología. Sin embargo, a mediados de los 80, su padre quería ceder la propiedad a la siguiente generación, pero no encontraba a nadie con la edad y el interés necesario entre sus hijos; este fue el momento en el que Ernst apostó por la resquebrajada pizarra de los viñedos familiares en detrimento de las esculpidas piedras romanas.

Ernst estudió enología y viajó por todo el mundo para conocer los vinos de mayor calidad, aprendiendo que únicamente la profunda dedicación al viñedo podía crear una sensación de herencia, de historia, en cada vino. La mezcla de conocimiento científico y de atención al pasado dibujó la senda por la que Ernst y sus vinos decidieron transitar. Cuando tomó las riendas de la empresa, en 1988, Ernst vislumbró el enorme potencial de las vides centenarias y agradeció lo básico del equipamiento que tenía a su disposición, ambos factores que le obligaban a elaborar vinos de gran honestidad. El tiempo y los sucesivos reconocimientos internacionales han demostrado que Ernst acertó en sus decisiones.

Hoy, Dr Loosen trabaja 20 hectáreas de viñedos, todas ellas plantadas con riesling, entre las cuales cabe destacar 6 Grosse Lage, el equivalente alemán al Grand Cru francés. El terruño es clave en la concepción de los vinos de Dr Loosen y la calidad un valor al que se presta mucha más atención que a la cantidad. “El suelo pizarroso y volcánico y el clima frío deben sentirse en el vino, las viejas cepas sin injertar deben definir su carácter, sólo así podrá el vino distinguirse de cualquier otro brebaje” claman en Dr. Loosen.